capitulo único

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Albedo estaba arrodillado en el suelo, mirando sus manos con desánimo.

- No, no, esto de nuevo - decía, frustrado.

- No crees que sea obra de Azmuth, ¿verdad? - preguntó Jen, mirando a su primo Glen.

- Definitivamente - respondió Glen con una sonrisa burlona.

- Los impulsos irracionales, las hormonas, los asquerosos antojos de comida frita - continuó Albedo, cerrando las manos con enojo. - ¿Qué podría ser peor que ser transformado en un Glen Tennyson de 16 años?

De repente, su Omnitrix comenzó a sonar. Albedo miró el dispositivo, y una luz roja lo envolvió durante unos segundos, para luego revelar una versión más pequeña de sí mismo. Al ver su nuevo cuerpo, Albedo comenzó a llorar, cubriéndose el rostro con las manos.

- Oh vaya - sollozó.

Kevin, Max, Glen y Rook miraron sorprendidos a Albedo, ahora convertido en un niño. Jen se acercó a él, sintiendo una mezcla de pena y compasión, y lo tomó en brazos. Al principio, Albedo se resistió, pero Jen empezó a mecerlo suavemente de un lado a otro, lo que lo ayudó a calmarse, mientras él soltaba pequeños sollozos.

- ¿Ya, ya pasó? - preguntó Jen, con dulzura.

Albedo, con lágrimas en los ojos, frotó su cabeza contra el pecho de Jen, quien le acariciaba la cabeza con cariño.

Rook y Kevin se quedaron atónitos al ver la escena; ni ellos habían hecho algo así antes. Glen, decidido a actuar, se acercó a Jen para separar a Albedo y llevarlo a la prisión de los Plomeros. Agarró a Albedo de la camiseta, pero este comenzó a dar golpes al aire para intentar soltarse.

- Tú te vienes con nosotros, Albedo - dijo Glen.

- ¡Suéltame, Tennyson! - respondió Albedo, intentando liberarse.

- ¿Y qué harás, morderme? - se burló Glen.

En un instante, Albedo dejó de forcejear y, en un arranque de rabia, mordió la mano de Glen. Este, sorprendido, lo soltó, y Albedo corrió hacia Jen para abrazarla de nuevo. Kevin, al ver esto, intentó separarlo de ella.

- ¡Ya suéltate! - gritó Kevin, intentando alejar a Albedo. - ¡Rook, ayúdame!

Rook se unió a Kevin, tratando de separar a Albedo de Jen, quien no parecía querer soltarlo. Max y Glen también se unieron, tirando de Albedo, pero en medio de la lucha, la camiseta de Jen se rasgó, haciendo que todos cayeran hacia atrás, mientras Albedo sostenía un pedazo de tela de la camiseta en sus manos.

- Oigan, ¿por qué de repente siento que ya no hace tanto calor? - preguntó Jen, sin darse cuenta de que su camiseta estaba rota, revelando su sostén color verde lima.

Rook y Kevin se sonrojaron, con un hilito de sangre brotando por sus narices al ver a Jen en esa situación.

- ¡Jen, estás sin camiseta! - exclamó Glen, alarmado, mientras se quitaba su chaleco y se lo pasaba a su prima.

Jen miró su cuerpo, se dio cuenta de lo que había sucedido y rápidamente se cubrió con el chaleco. Recordando que Rook y Kevin la habían visto, se acercó a ellos y les dio una cachetada a cada uno.

Tomando a Albedo en brazos, entró en la nave.

- Oye, Jen, no le vas a poner las esposas - dijo su abuelo Max, con un tono preocupado.

- No, abuelo, es un niño pequeño, así que creo que no las necesita - respondió Jen, dándose la vuelta y dejando ver que Albedo había bajado el cierre del chaleco, con su carita escondida en su pecho.

Max observó a Albedo, recordando que era un Galván de 17 años. Rook, Kevin y Glen intentaban contenerse para no golpear a Albedo.

- ¿Y por qué no es necesario, prima? - preguntó Glen, intentando mantener una sonrisa a pesar de su enojo.

- Porque ahora será parte de la familia Tennyson - dijo Jen, acariciando la cabeza de Albedo, que ya se había quedado dormido.

- ¡¿QUÉ?! - gritaron al unísono Kevin, Max, Rook y Glen.

- Pero Jen, Albedo es un criminal - protestó Rook.

- ¿Y? Ahora es un pequeño niño. ¿Qué malo podría hacer siendo un niño? - replicó Jen, con despreocupación.

- No sé, tal vez hacer un arma que pueda matar a varias razas o incluso al planeta - sugirió Kevin, con tono serio.

- Tranquilos, Albedo no podrá hacer nada de eso - aseguró Jen. - Bien, abuelo, necesito unos papeles para adoptar a Albedo cuando lleguemos a la base de los Plomeros.

- ¿Estás segura de que lo quieres adoptar? - preguntó Max, con preocupación.

- Sí, 100% segura de que lo adoptar é - respondió Jen, con determinación.

Max suspiró y, tiempo después, en la base de los Plomeros, se dirigió a su oficina para sacar los papeles necesarios.

- Bien, Jen, aquí están los papeles de adopción. Pero te lo vuelvo a preguntar, ¿estás segura de que lo quieres adoptar? - dijo su abuelo Max.

- Sí, muy segura - afirmó Jen, mirando a Albedo sentado a su lado.

- En ese caso - dijo Max, entregándole los papeles y un bolígrafo.

Jen firmó los documentos con una sonrisa radiante.

Fuera de la oficina, Rook y Kevin esperaban ansiosos a que Jen y Albedo salieran.

- Bien, Jen, ahora que Albedo es tu hijo... - Max se quedó en silencio un momento. - Albedo, puedes salir de aquí un momento, voy a hablar con tu madre.

Albedo salió de la oficina de su bisabuelo, encontrándose con Rook y Kevin, quienes lo miraban con desconfianza.

- ¿Qué me ven? - preguntó Albedo, desafiándolos.

- Oye, más respeto, mocoso - dijo Kevin, enojado.

- ¿Y qué? No tengo por qué respetarlos si no pueden hacerme nada. Y sé que Jen te gusta, así que no querrás que ella te odie - respondió Albedo, con una sonrisa desafiante.

Kevin se quedó en silencio, sorprendido. Rook, tras un momento de asombro, se transformó en un rival decidido por el amor de Jen.

- Y también te lo digo a ti, Revoniano - añadió Albedo, con arrogancia.

Dentro de la oficina del abuelo Max, este le decía a Jen:

- Bien, Jen, por favor manténme al tanto de todo lo que haga Albedo, y si ves algo sospechoso, avísame.

- Está bien, abuelo, te prometo que te mantendré informado - respondió Jen, con seriedad.

- Bien, puedes irte - dijo Max.

Jen se levantó de su asiento y abrió la puerta de la oficina, viendo a Rook, Kevin y Albedo peleando entre ellos. Pero al darse cuenta, se detuvieron, y Albedo aprovechó la ocasión.

- ¡Mami! - gritó Albedo, mostrando un pequeño raspón en el brazo y comenzando a llorar.

Al ver el raspón, Jen se acercó y le dio un beso en la herida.

- Sana, sana, colita de rana, si no sana hoy, sanará mañana - cantó Jen.

Luego, se acercó a Rook y Kevin y les dio un puñetazo a cada uno, haciéndolos atravesar una pared. Les dio la espalda, con Albedo asomando su cabeza por su hombro, mientras Albedo levantaba el dedo del medio hacia los dos.

Fin.

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