Trabajar hasta tarde a veces solía ser algo entretenido para Olivia, por ser viernes en la noche el pequeño restaurante donde trabajaba como mesera solía cerrar más tarde de lo común, caminar a casa a la una de la madrugada no era tan recomendable para una joven mujer que no sabia defenderse a si misma.
Eso no le importó, era muy conocida por todos en el pequeño pueblo de California. Una pequeña ciudad costera.Cómo de costumbre tomaría el metro Pero esa noche se decidió por mejor caminar a casa, solo eran unos treinta minutos a pie.
La hermosa noche de verano era muy agradable para la caminata, la breve brisa movía su largo y oscuro cabello.
Su cuerpo se tenso al escuchar un grito como de un hombre. Observo dos camionetas negras a un par de metros de distancia.
No detuvo sus pasos y camino lo más rápido posible sintiendo su corazón casi salirse por su boca.
Pero su maldita curiosidad pudo más con ella, sus ojos se movieron al callejón a su izquierda. Su ceño se frunció al ver al rededor de seis hombres y uno arrodillado muy mal herido, todo su rostro estaba lleno de sangre y golpes.
Su respiración se atascó en sus pulmones. El hombre arrodillado le dijo algo a a un hombre del grupo quien se acercó un poco para escucharlo mejor, era quien más resaltaba entre todos, el que vestía un traje negro muy elegante.
Olivia quería moverse e irse pero su cuerpo no reaccionaba. Cubrió sus boca al ver cómo unos cinco balazos destrozó el cráneo del hombre.
Asustada con su corazón latiendo a mil por segundo intento irse, pero alguien la tomo por sorpresa. Era incapaz de hablar el shock por lo que había visto no la dejaba modular una sola palabra.
-la encontré mirando.-fue lo único que dijo el hombre que la tomo por sorpresa.
Su cuerpo fue empujado bruscamente entre todos los hombres ahí presentes.
La atención de todos fueron a ella en especial la de quien disparó, se acercó a ella solo un par de pasos.
-es una pena, no debiste de ver eso.-dijo interrumpiendo el pesado silencio.
La mujer nego con su cabeza sintiendo las lágrimas juntarse en sus ojos.
-yo no vi nada, lo juro no vi nada.
-pero lo hiciste, preciosa.
-yo no diré nada. -dijo con su voz entrecortada, sintió nauseas al ver el cadáver a un par de centímetros de ella y la sangre formar un enorme charco.
cubrió su boca intentando no vomitar ahí mismo.Sentía la intensa mirada de el en ella. Su manos temblaban incontrolablemente.
Un movimiento de cabeza de el castaño fue suficiente para que sus hombres se retiraran.
El cuerpo de ella fue estampado contra la pared con la mano de el apretando su cuello. Su arama apunto directo a su mejilla robándole un suspiro tembloroso. Cerro sus ojos rogando que no lo hiciera.
-veo que si estás asustada.-se burló de ella al verla llorar.
-por favor.-rogo en lágrimas de desesperación.
-es todo una lastima, pero estoy obligado a hacerlo, nena. Me viste haciendo algo muy malo.
-no, no. Yo no haré ni diré nada. Se lo juro por lo que más amo en ese mundo que me quedaré callada.-dijo en súplica desesperada por su vida.
El castaño apretó el gatillo haciéndola sobresaltarse, la bala nunca salió.
-puta madre, al parecer me quedé sin balas.-una sonrisa maliciosa adorno sus labios.
La mujer lloraba asustada, dando gracias por estar aún con vida.
-no llores, no llores. Pareces una puta niña malcriada.-dijo alterado
-perdon es que estoy asustada y.
-no hay nececidad de estarlo, no te estoy lastimando ¿o si?-dijo con diversión al verla asustada. Ella nego intentando respirar.-mirate nada más, que hermoso rostro tienes, sería una lastima deformarlo.-susurro acariciando su mejilla con su arma.
La mujer soltó un sollozo.
-¡maldicion deja de llorar no dije que iba a hacerlo o ¿si?!-grito molesto.
Ella nego incapaz de hablar.
-muy bien, como puedes ver se me acabaron las balas. Para que veas que en verdad me gustaste te dejaré con vida.-dijo observando mejor su rostro y apegandose a su cuerpo. Ella respiro aliviada tragando saliva.-pero si no cumples con tu promesa te irá muy feo a ti y cada uno de tus seres queridos. Tu serás la última y me divertirte mucho primero contigo, pareces una muñequita, me gustan las pelinegras.
A ese punto sus labios rozaban los de ella, por una milésima de segundo pensó que la besaría. Por suerte no lo hizo.
La tomo suavemente de su cintura guiando la a una de las camionetas.
-sube, te llevaré a casa. No es seguro que una mujer tan linda vaya sola por la noche.
Olivia sin otra opción subió a la camioneta, era espaciosa. Su cuerpo se fue lo más lejos de él, eso no fue problema para el, se acercó a ella pasando su brazo por el respaldo de los asientos.
Obligada le dió la dirección de su casa.
Guardo silencio en todo el camino queriendo llegar a casa lo antes posible.
Vio su casa, intento bajar lo antes posible siendo detenida por el, su fuerte mano la tomo fuerte de su muñeca.
-recuerda el trato, ni una palabra.-advirtio.
-asi será.-ella contesto.
-te perdone la vida, ese es otro asunto del cual debemos de negociar más adelante.
Asintió nuevamente. El tomo de su mano temblorosa y beso sus nudillos fríos.
Le hizo una seña de silencio con su dedo índice la cual ella solo observo.
Uno de sus hombres la escolto hasta la puerta de su casa. Entro lo antes posible cerrando la puerta con llave.Su cuerpo se aferró a la puerta y lloro como nunca antes lo había hecho del miedo e impotencia.
Nececitaba algo para calmar sus nervios.
Tomo un cigarro del cajón y se lo fumo en segundos, sin importar su intención de dejarlo.Pensó en llamar a la policía pero recordó la advertencia, esa noche no pego un solo ojo. Ese solo sería el principio de todo...