Y la conocí...

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Aceptar estudiar con ella fue una buena idea hasta que se colocó el disfraz. En ese momento la realidad cayó sobre mí y (Aún recuerdo el miedo de sus ojos cuando su cabeza se giró con brusquedad para mirarme, el pánico en Chaewon es algo que solo he visto una vez en mi vida y pagaría por verlo otra vez).

Iba a estudiar con mi crush. No ¡Kazuha dijo que éramos amigas! Yunjin ¿Te das cuenta el enorme paso que había dado?, pero Eunchae tiene razón en mirarme así. En ese momento yo no pensaba eso de ella, éramos muy lejanas. Aunque, si ahora lo veo de su punto de vista, tiene sentido. Se la pasaba la tarde escuchándome hablar de mi vida, uniéndola cada vez que podía y ella respondía con lo que podía.

Kazuha en ese momento ya me conocía, pero para mí seguía siendo un misterio. Solo una chica desconocida con un tierno disfraz de mapache que se veía hermosa en su minuto de descanso.

La noche anterior de ir a su colegio, no dormí nada. Me dolía el estómago ante la idea de arruinarlo. El uniforme era más colorido que el de mi colegio anterior y había escuchado un poco sobre el lugar donde iba. Era un colegio especializado en artes, el único lugar que te puedes imaginar a Kazuha, la hija de un hombre que era dueño de una dulcería.

Y bueno, ustedes me conocen, el arte no es lo mío. Era la razón por la que me expulsaron. Sin embargo, solo me quedaban 6 meses para poder graduarme y el que un colegio me aceptara tan rápido era un milagro. Nadie se podía negar ante una idea de Kazuha, es un ángel que te hace pensar que todas sus ideas te pueden llevar a algo fantástico. En los 4 meses que estuve a su lado, no hubo ningún solo momento que me hiciera pensar lo contrario.

Estar con ella era maravilloso.

Cuando llegué al salón de clases que me dijeron que era donde me asignaron un puesto, me encontré con Kazuha sentada, con sus orejas de elfo, sus lentes rosados y maquillando a su compañera de puesto con pintura azul. Me tensé por ver el lugar. Estaba lleno de artistas de todo tipo. Era como un circo, pero yo era la única que se sentía como un payaso ¡Fue horrible! Quise llorar ante la idea que no iba a encajar y que Kazuha se iba a decepcionar de quién era yo.

Mi mundo no era así. Me crie en un colegio estricto, donde lo único que importaba eran tus capacidades ante las matemáticas y las ciencias. Era extraño estar ahí, aun sintiendo que tenía aquel uniforme gris.

Sin embargo, esta sonrió con pureza al verme, alzó su brazo para decirme que me sentara con ella. En ese momento el colorido uniforme dejó de molestarme, puede que podía fingir por 6 meses que era como ellos y caminé hacia ella. Porque había un detalle que en ese momento no notaba. Kazuha ya me conocía y sabía que iba a encajar en su colorido mundo.

—Te presento a—no me acuerdo de sus nombres, pero llamémosla Ajám y Ajum.

—Mucho gusto—me senté a su lado y miré a Ajám que tenía un tatuaje recién pintado por Kazuha de color azul. Líneas que simulaban que era alguien del mundo de Van Gogh.

—¿Quieres que te pinte algo? —preguntó mirando sus pinturas.

—No creo que al profesor le agrade.

—¿Al profesor?—preguntó Ajum—Ahora tenemos clases de teatro, lo ideal es esperar al profesor no siendo nosotras.

—¿Teatro?—miré a mi alrededor y comencé a notar que no eran 12 personas haciendo desastres artísticos. Unos estaban colocando algún disfraz, otros ensayaban algún acento y pocos estaban solo escribiendo en sus cuadernos.

Sí, Eunchae, no me mires así que ese lugar sí existió.

—Te va a adorar—Kazuha acercó su pincel a mi cara y sin permiso me comenzó a pintar con amarillo—. Hay pocos como tú y creo que es lo que desea para tener una alumna perfecta.

Good Parts [Summerz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora