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Como un río sus emociones fluían al igual que sus lágrimas, no sabía el momento exacto en que su relación con Arizona se había deteriorado tanto...tendría que haberlo visto venir después de su caótico divorcio, su infidelidad, la pelea por la tenencia de su pequeña hija. Había perdido la cuenta de cuantas veces lloró en su auto por la indiferencia de la rubia, sentía que estaba amando a alguien que no le correspondía de la misma manera, un vino o dos eran sus mejores amigos luego de una larga guardia en el hospital, pero sus lágrimas también formaron parte de esa noche.
Sintió la sirena de una moto patrulla acechar la parte trasera de su auto, un juego de luces más tarde tenía la linterna de una agente apuntando directamente su rostro, no sabía si era el alcohol en sangre, el despechó o las intensas ganas de que alguien le prestara la suficiente atención que pensó que la mujer frente a ella era una jodida diosa.
- Registro y papeles, señorita – bajó su linterna un momento
- Aquí tiene oficial, Mayer – leyó en su uniforme antes de entregarle los papeles
- Señorita DeLuca, sabe que iba a 80 en una zona de 60 – la miró levantando su ceja – voy a tener que pedirle que sople
- Sé que he tomado una o dos copas está noche – asintió – pero por favor aceptó la multa, pero necesito llegar a casa después de este terrible día – no pudo evitar que las lágrimas cayeran – por favor
- Vamos a hacer algo – le entregó los papeles y una multa – voy a escoltarla a su casa, pero usted tiene que prometer no volver a manejar en ese estado
- ¿Va a castigarme en caso contrario? – levantó una ceja mirando a la agente –lo siento, no sé de donde salió eso
- No sería muy ético en mi horario de trabajo – sonrió de manera pícara – pero luego de una cena quizás podamos llegar a un acuerdo
- Me parece un trato justo por no quitarme el auto está noche – respiro aliviada –
- Entonces vamos a su casa para que pueda descansar
Tal y como lo había dicho la guio hasta su casa cuidando de que no excediera nuevamente la velocidad, antes de que la italiana ingresara al lugar tomó el rostro de la policía besándola con intensidad...al separarse sus ojos brillaban de pura lujuria sabiendo que probablemente estaba abusando de su suerte esa noche.
- Puedes pasar por mí a las 9, a esa hora termina mi turno mañana en el Grey's – sonrió besándola de nuevo – buenas noches, agente
- Buenas noches, doctora DeLuca – negó ante la evidente ebriedad que tenía la castaña
A la mañana siguiente, Carina sentía su cabeza martillando deseando no haber tomado tanto vino la noche anterior, pequeños flashes llegaban a su memoria haciendo que abriera grande sus ojos. ¿Qué demonios había hecho? Coqueteo y besó a una agente de policías solamente para evitar que le quitaran el auto, se llevó las manos a la cabeza recordando lo hermosa que era la pelinegra, con ese uniforme y su sexy porte...sin dudas quería volver a verla.
No recordaba haberle pedido su número, sólo podía recordar que su apellido empezaba con M...pero no había nada más ahí, suspiró decidiendo que no lograría recordar nada más menos sin su expreso de la mañana. Una ducha y su café más tarde estaba saliendo hacia el hospital un poco molesta consigo misma por no tener más que vagos flashes de la joven.
Su día se baso en ignorar a Arizona lo más que podía, no sólo porque no podía con el drama y su resaca, sino que no podía dejar de pensar en los suaves labios de la pelinegra, deseaba tanto volver a verla. Al final de su turno seguía pensando si exceder la velocidad con la intención de cruzarse nuevamente con la chica o incluso ir hasta la comisaría para preguntar por ella.
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One Shots Grey's World
FanfictionTodos las historias cortas del mundo de Grey's anatomy y de Station 19