Y mientras más se adentraba en lo profundo de su lamentación disfrutaba cada segundo a su lado. Ese hombre no era suyo, pero tampoco podía no tenerlo.
Navegó en las aguas del engaño y reposó en el placer de unas manos primarias, encontró un castillo dentro de sí misma que gobernaba la mentira, que entre más ardía más dolía.
Ardía más y más, quemando sus pechos altivos, sus ojos miel y rasgando su adúltera belleza.
Siguiendo su camino, en una noche llena de sed uno por el otro, miró a su alrededor encontrándose con un dolor agudo en el corazón que corrompió cada uno de sus huesos. Ella lo sabía, estaba rompiendo la confianza de su verdadero amor que en casa la esperaba pero dentro de sus pensamientos, una mancha de orgullo y amargura invadió su mente.
Seguía ardiendo seguía doliendo.
Cuando pensó que ya se acabaría, algo dentro de ella explotó; una bola de fuego donde las miradas que ella misma creó le provocaron éxtasis, placer y un sabor agridulce dentro de su boca.
Pasó por el puente que separaba su propia voluntad y culpa para cruzarse con un amor muerto, y finalmente, su recompensa:
una inspiración que solo ella entendía, una inspiración artística que era solo suya.
ESTÁS LEYENDO
Vómito
PoesíaEl amor es el lenguaje universal que une a todas las almas en un solo sitio e idioma, la ternura y el silencio infinito que solo puedes sentirlo en lo mas profundo de tu pecho, en ese centro de percusión llamado corazón.