La segunda vez que salimos, debo admitir que estaba demasiado nerviosa, me sudaban las manos y no paraba de maquinar posibles conversaciones para que no te aburrieras a mi lado, quería parecerte interesante. Ibas precioso, tus ojitos tenían un brillo inexplicable, cada vez que me sonreías me descolocaba completamente, me estaba enamorando, y no solo de ti, sino también de la idea de lo que podía ser, de la idea de tu y yo, de la idea de estar juntos, de crear una historia contigo.
Estaba empezando a amar algo que ni siquiera había empezado bien.
Estaba empezando a amarte a ti.
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Cartas que nunca leíste
RomanceTe he escrito cartas desde el primer momento en el que te ví, porque no me hacía falta conocerte para saber que era contigo..., con quién quería pasar el resto de mis días.