CAPITULO 55

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Sarah se despertó a las doce del mediodía, con un terrible dolor de cabeza y un gnomo durmiendo junto a ella. Este estaba cómodamente recostado sobre su brazo, sin intenciones aparentes de despertarse temprano. Para poder sacar al enano sin despertarlo, se movió lentamente mientras retiraba la cabeza de Tobi 

Sin respetar el plan que su amiga estaba ejecutando, el que se encontraba junto a ella, despertó de un salto por el movimiento que se había producido. Aún nervioso, giró su cabeza en dirección a Sarah, que se encontraba con los ojos abiertos de par en par 

Tobías- Buenos días, maldita floja. Ayer no me dejaste salir de la habitación y tuve que soportar tus ronquidos, ¿No pensaste en taparte la nariz cuando dormís? 

Sarah- Chistoso, ¿Cómo dormiste? 

Tobías- A pesar de tus incesantes ronquidos, bien. Fue un descanso renovador 

Sarah- Claro, yo no puedo decir mucho. La resaca me está matando 

Tobías- ¿Te busco unas pastillas para la cabeza? 

Sarah- Por favor 

Acto seguido, el muchacho se retiró del cuarto dando un gran bostezo. En cuanto a la dama, esta se dispuso a quitarse la ropa que había usado la noche anterior, cerrando la puerta con el seguro para que nadie pasara. Como no era el ser más femenino, no solía usar faldas o vestidos, solo usaba pantalones y remeras. Sentía que era mucho más cómodo poder andar despreocupada que tener que estar al tanto de los pervertidos que sacan fotos por debajo de las polleras en los buses o trenes, siempre hay uno que quiere arruinarte la existencia 

Esta vez, como solo iba a quedarse en casa, decidió usar un short. Nada demasiado elegante, solo uno de sus buenos compañeros, y una de sus prendas favoritas. Mientras pensaba qué hacer para su dolor corporal, llegó Tobi con las pastillas que le había pedido y un vaso con agua. Caminó hasta la puerta y le quitó el seguro, viendo como la figura de su amigo cruzaba delicadamente para no tirar lo que llevaba entre sus manos 

Sarah agradeció el acto que tuvo para con ella y se tomó la pastilla, un buen analgésico iba a calmar su enorme dolor de cabeza. En forma de chiste, Tobías le dijo a la chica "Eso era una droga para que te duermas y que yo venda tus órganos" Y para seguirle el juego, fingió de forma dramática su muerte por envenenamiento. La mala actuación de Sarah provocó varias risas en el joven de pelos castaños, que luego le quitó el vaso con agua y lo terminó de beber él 

Tobías- sabes? Es difícil creer que en una sola noche logramos conectarnos más que en todo este tiempo, me gusta que seamos más cercanos. Te convertiste en la hermana que alguna vez tuve 

Sarah- tenías una hermana? ¿Qué le pasó? 

Tobías- sí, era mi hermana mayor. Ella murió en un accidente de tráfico, estábamos en el mismo auto con mamá... pero bueno, son cosas que pasan. Mi padre ni siquiera fue a verla cuando conservaba algo de vida, es un completo imbécil 

Sarah- y yo que creía que el padre de Hood era el peor. De verdad lamento tu pérdida, debió ser muy duro 

Tobías- más de lo que te imaginas. Luego del choque pude recobrar la consciencia y verla, estábamos llenos de sangre, pero ella estaba peor. Tenía varios metales clavados en el estómago, y a pesar de eso... m-me tomó la mano y me dio una s-sonrisa 

Mientras terminaba la última oración, varias lágrimas recorrieron sus mejillas. En forma de contención, la chica le dio un suave abrazo, envolviendo el pequeño cuerpo de Tobi con sus brazos. Este no se quedó de brazos cruzados, correspondiendo en tanto lo recibió 

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