Capitulo 1

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- ¡Hogar, dulce hogar!-  Exclamó Adara con una gran sonrisa en su rostro, parada frente a su          nueva mansión junto con su esposo que la abrazaba por la cintura, este miraba el                       inmueble con una pequeña sonrisa de aceptación.


- Este no es nuestro hogar. - Corrigió Melanie, mientras se acercaba a ellos junto con su hermano, ninguno se encontraba con los mismos sentimientos que su madre.

- Nuestro hogar está en Grecia. - Terminó su mellizo Mateo, apoyándola. - Y este clima, se supone que estamos en verano. - Dijo con disgusto, haciendo énfasis en el nublado y húmedo.

- Vamos niños, no es tan malo. - Intentó persuadir su madre. - Será un agradable cambio para todos. -

Los mellizos hicieron oídos sordos e ingresaron a la inmensa y hermosa mansión.

El matrimonio se miró resignado y siguieron a sus hijos al interior.

La familia Antler se mudó desde Atenas a Londres, debido a que Demian, el padre de la familia, había sido transferido al ministerio británico de magia, para ser más específico, fue elegido como jefe del departamento de operaciones mágicas especiales, por lo que causó un gran cambio en la vida de su familia.

Aunque los más afectados fueron los mellizos, ambos asistían al instituto Durmstrang y ahora, gracias a su padre, debían terminar sus últimos 3 años escolares en el colegio Hogwarts de magia y hechicería.

Apenas entraron a su casa, se toparon con un inmenso lobby el cual estaba cubierto con una antigua alfombra de color rojo vino, se conectaba con unas escaleras que los llevaría a segundo piso, donde se estarían sus habitaciones. Desde el exterior era visible que uno de los cuartos tenía balcón.

- ¡Pido el cuarto con balcón! - Gritó la menor de la familia para subir corriendo las escaleras. Mateo se encontraba distraído, por lo que las acciones de su hermana lo tomar desprevenido.

- ¡Oye, eso es trampa! - Le gritó mientras que corría tras de ella.

- No corra niños. - Sus padres negaban con la cabeza mientras los veían correr, aunque Adara por su parte, lo hacía con una dulce sonrisa.

A pesar de ser una competencia, era la primera vez que los veía animados desde la noticia de la mudanza.

Al final fue Melanie la que ganó la carrera y con ella la tan preciada habitación.

- No eres tan rápido sin tu escoba hermanito. - Apoyada en el marco de la puerta con los brazos cruzados se burlaba en su cara.

- Solo te dejé ganar enana. -

Melanie odiaba que le diga así, a pesar de ser mellizos, él era unos escasos centímetros más alto. Le sacó el dedo medio para adentrarse a su cuarto, dejando a su hermano riendo solo en el pesillo.

Quedó totalmente maravillada con su habitación.

Esta tenía un ventanal enorme que llevaba al balcón, dejando entrar los pocos rayos de sol que había, a un lado se encontraba una gran cama ya lista para usar con un extenso librero a su lado, del otro lado un gran armario que cubría casi toda la pared, con dos grandes espejos en sus puertas y junto a la entrada había una pequeña chimenea, solo faltaban algunos de sus muebles para poder calificarla como perfecta.

Se acercó al ventanal tomando la manija que estaba helada, al igual que la mayor parte de la casa, de seguro porque estuvo deshabitada hasta antes de su llegada.

Salió al balcón para admirar la preciosa vista de su jardín delantero y los alrededores, podía sentir el exquisito aroma a humedad en el aire, cerró los ojos para relajarse y asimilar los cambios.

El ruido de alguien tocando su puerta hizo que se exaltara y distraerla de sus pensamientos.

- Adelante. - Dijo tranquilamente, girando sobre sus pies sin moverse de su lugar para poder ver quien entraba.

- Hola hija, vengo a encender la chimenea para aclimatar la habitación. - Con una sonrisa Melanie agradeció el gesto y asintió.

Adara prosiguió con el encendido de la chimenea encendiendo una pequeña llama con su varita, vio a su hija apoyada con sus brazos cruzados en la baranda de madera con la mirada perdida en el paisaje.

Se acercó lentamente a ella posando sus manos en sus hombros.

- Es muy bello, ¿No crees?. -

- Sigo prefiriendo la visa al mar de nuestra antigua casa. - Contesto de manera desanimada.

- Entiendo que extrañes Atenas cariño, pero es una gran oportunidad para tu padre y nosotros como familia debemos apoyarlo. -

Melanie se giró para quedar frente a frente con su madre.

- Lose madre. - Le dedicó una desganada sonrisa de lado, Adara se acercó a su hija para envolverla con sus brazos y con pocas ganas Melanie correspondió su abrazo.

Ambas salieron del cuarto dirigiéndose al comedor de la casa donde se encontraban Demian junto a Mateo, manteniendo una entretenida conversación sobre quidditch.

Las mujeres de la casa tomaron asiento, la mesa ya estaba lista para la cena. Un par de elfos de acercaron cargando bandejas con comida recién preparada.

- Definitivamente entrare al equipo. - Aseguró Mateo. En su antigua escuela, él pertenecía al equipo de su casa en la posición de cazador y cabe aclarar que es muy bueno.

- No cantes victoria antes de tiempo. - Contradijo su hermana. - Leí que grandes jugadores de quidditch salieron de Hogwarts. -

Adara estaba extasiada por el comentario de Melanie, al parecer ella había estado investigado sobre su nueva escuela, miró a su marido con una mirada de orgullo.

- Y por eso mismo deberás entrenar el doble. - Agregó Demian.

La familia continué cenando tranquilamente mientras compartías una charla sobre sus clases y el trabajo de Demian.

- Recuerden que mañana temprano iremos al callejón Diagon. - Les recordó Adara a sus hijos en cuanto terminaron la cena, los niños se despidieron de sus padres y así dirigirse a sus habitaciones.

Adara se acercó a su esposo, él se encontraba en la biblioteca, con una bandeja en la mano llevando dos tazas de té.

Dejó la bandeja sobre el escritorio donde se encontraba revisando unos documentos, hizo que desviara la mirada y le dedico una sonrisa moviéndose con su silla hacia atrás para que su esposa se sentara en sus piernas.

- ¿Qué ocurre mi amor? - Él posó una de sus manos en sus piernas y con la otra acarició su espalda. Adara lo miró con una expresión de preocupación.

- Estoy algo intranquila por Meli. - Dijo mientras se acomodaba en el regazo de su marido y apoyaba su cabeza en su hombro. - ¿Y si no logra integrarse en la escuela? Ella es mucho más introvertida que Mateo-

- Tranquila cielo, solo debe conocer a las personas indicadas que logren ver lo mejor de ella, ambos son fuertes no tienes de que preocuparte. -  

Just Friends [Sirius Black]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora