Capitulo 4

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Melanie pov

Luego de semanas de nuestra visita al callejón Diagon, podía ver entrar y salir cientos de personas todos los días de la casa, todo por la organización del baile que se realizaría esta noche.

La preparación había sido realmente tediosa, no podía andar por mi propia casa en pijama porque siempre había desconocidos andando por allí.

Algunos de los trabajadores que venían era chicos jóvenes que intentaban coquetear conmigo, pero en cuanto intentaba entablar conversación con alguno, mi padre o Mateo venían a intervenir y hacer que el chico salga despavorido.

Era divertido ver con mi hermano, a mi madre yendo de un lado a otro atrás de los empleados indicándoles donde debían ir las cosas que llegaban y como debían acomodarlas.

Reíamos cada vez que alguien colocaba algo donde no iba y mi madre corría a reprender con su voz chillona y adorable rostro.

Faltaban tan solo una hora para que los invitados comiencen a llegar y mi padre nos indicó a todos que comencemos a arreglarnos, así que cada uno se dirigió a su habitación.

Comencé aplicándome un maquillaje delicado y decidí dejar una parte de mi pelo suelto haciéndole ondas en las puntas y la parte de arriba lo amarré con una trenza, me puse unos guantes largos y unos zapatos con tacones bajos, ambas cosas de color negro.

Estaba terminando de ponerme el vestido cuando alguien tocó mi puerta.

Aún no había podido abrocharlo, así que sea quien sea me ayudaría bastante, ya que al tener el cierre en la espalda se me estaba complicando.

Fui hacía la puerta sosteniendo mi vestido con una mano para que no se caiga.

En cuanto la abrí pude ver a mi madre.

- Hola hija, vine a ver si necesitabas ayuda. – Me dijo asomándose por la entrada.

La recibí con una gran sonrisa haciéndome a un lado dejándola entrar.

- Llegas en el momento indicado. – Le dije divertida haciendo que ambas soltáramos unas pequeñas risas.

Le di la espalda para así ella pueda subir el cierre del vestido, ambas nos paramos frente al espejo de mi armario, nos veíamos muy hermosas.

Mi madre se puso un vestido negro totalmente entallado con una abertura en la pierna.

- Será mejor que bajemos, la gente ya está llegando. –

Asentí y ambas salimos de mi cuarto, pudimos ver desde el segundo piso toda la gente que había en el vestíbulo, mi padre vio como mi madre baja las escaleras y se acercó al final de estas para recibirla, muchas personas cortaron su conversación para acercarse al matrimonio.

Luego de un rato repetí la acción de mi madre y comencé a bajar lentamente las escaleras, lo hacía mayormente para no tropezar con estos tacones y pasar vergüenza frente a todos, mientras lo hacía pude ver que todas las miradas se posaron en mí.

En cuanto llegué al vestíbulo, mi hermano me recibió extendiendo su brazo, lo acepté con una pequeña sonrisa.

- Debo admitir que en este momento estoy orgulloso de llamarte hermana. – Me susurro.

Ambos reímos por lo bajo y disimuladamente le di un pequeño golpe con el codo.

Mi padre nos guio a todos hacía el salón de baile llenándolo por completo, había dos mesas largas llenas de bebidas y bocadillos.

Con Mateo nos acercamos a una de las mesas tomando dos copas de sidra, ambos veíamos a mis padres rodeados por gente.

- Será una noche larga. – Me dijo mi hermano mientras bebía.

- Y aburrida. – Le contesté.

- Al menos tengo buena vista. – Me dijo señalando disimuladamente a un grupo de chicas que susurraban mirando a donde estábamos.

Él las saludó pícaramente y les guiñó un ojo haciendo que todas se sonrojaran y comenzaran a reír.

- Tienes suerte. – Le dije señalándole a un grupo de adolescentes.

Todos eran notoriamente unos nerds, intentaban hacer lo mismo conmigo aquello que hizo Mat con las chicas. Los ignoré totalmente, se veían ridículos y Mat se reía por la situación.

- Lo más divertido es que de seguro todos ellos irán a Hogwarts, no podrás salvarte de ninguno. – Me dijo riendo y apoyando una mano en mi hombro en forma de apoyo.

Mi padre se venía acercando hacía nosotros con un hombre y un adolescente, de seguro para presentarnos.

- Yo debo irme. – Me dijo cerca de mi oído y yéndose rápidamente, intenté agarrarlo del brazo, pero se me hizo imposible retenerlo.

- Maldito. – Le dije por lo bajo, pero igualmente me escucho.

- Princesa. – Dijo mi padre poniéndose a mi lado y rodeándome por los hombros con su brazo. – Te presento a Orion Black. - ¿Black? No me digas que ese insoportable chico del callejón estaba aquí.

- Un gusto señor Black. – Le dije con una sonrisa y extendí mi mano en forma de saludo la cual acepto.

- El gusto es mío Melanie, te presento a mi hijo Regulus. – Me dijo señalando a un chico que parecía de mí misma edad, teníamos la misma altura, pelo y ojos totalmente negros, era bastante atractivo.

- Un gusto. – Me dijo con una sonrisa extendiendo su mano, la acepté y cuando la tomó, la llevó hasta su rostro y la besó, no pude evitar sonrojarme un poco.

- ¿Por qué no le muestras la casa hija? – Asentí y Regulus me ofreció su brazo el cual acepté guiándolo por la mansión.

Mantuvimos una tranquila charla, mayormente sobre Hogwarts.

Ambos salimos por la puerta trasera al extenso patio deteniéndonos en la fuente y sentándonos al borde.

- No puedo creer que seas menor que yo. – Le dije entre risas.

- Solo por un año. – Se defendió.

- Es que pareces tan maduro. –

- ¿Estás diciendo que parezco viejo? – Me preguntó riendo, yo comencé a negar rápidamente, aunque le hubiera creído si me decía que tiene 16.

- Sabes que nuestro encuentro no fue casualidad, ¿verdad? – Le pregunté directamente, pues era cierto, de seguro mi padre quería que nos conociéramos para una futura relación.

Él asintió sonriendo.

- Apenas nos llegó la invitación, mi padre me sacó corriendo a comprar un traje nuevo y diciendo que debía comportarme. – Me dijo divertido haciendo que soltara una carcajada. – No entendía nada hasta que vi bajar por las escaleras a una bella chica con un hermoso vestido verde. – Dijo mirándome a los ojos, este chico sí que sabe usar las palabras, sentí como mis mejillas se calentaban.

- ¿Eso crees? – Pregunté mirándolo y el simplemente asintió. – Tú también te ves guapo con tu nuevo traje. – Le dije haciendo que ambos riéramos.

Regulus era divertido, aunque un poco serio para mi gusto, pero sabía que decirle a una chica sin sonar vulgar.

La noche terminó tranquila, de vez en cuando Regulus y yo nos dirigíamos pequeñas miradas por el salón, algunas veces le hacía muecas divertidas haciendo que ambos riéramos.

Antes de irse, acordamos buscarnos en Hogwarts en cuanto comiencen las clases, por lo menos iba a conocer a alguien decente ahí. 

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⏰ Última actualización: Oct 25 ⏰

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