Melanie POV
Cuando al fin pude llegar a la librería, miré el reloj que estaba colgado en la pared y solo me quedaban 30 minutos para conseguir los libros que necesitaríamos con Mateo para el colegio.
Esos idiotas me robaron más tiempo del que creí.
Me tomó un buen rato encontrar los libros, solo faltaban los de astronomía y tarea completa.
Caminando entre las extensas estanterías, habiendo cientos de títulos, como es posible que no esté.
Una chica con una gran melena rubia, cargaba una cesta con varios libros similares a los míos, podría preguntarle en donde encontrarlo.
- Disculpa. - Le di un pequeño toque a su hombro para llamar su atención.
Giró a verme y de una manera, muy poco disimulada, comenzó a escanearme de arriba a abajo, intenté mantener una postura firme y relajada, aunque la sangre me estuviese hirviendo.
- ¿Sabes dónde puedo encontrar un libre de astronomía? Es para el quito año de Hogwarts. - Terminando una forzada pero linda sonrisa.
- ¿Acaso me viste cara de empleada? - Soltó altaneramente, se dio media vuelta y se fue.
Me quedé totalmente anonadada, no puedo creer como se atrevió a responderme, con un simple "no'' me bastaba.
- Ten estos. -
Miré detrás mío y vi a una chico alto y castaño, parecía tener mí misma edad, lo analicé rápidamente notando las cortadas en su rostro, aunque luce bastante amable.
- Noté que estás comprando de apares, al igual que yo, además conozco muy bien la librería, puedo ir a por otros. - Agregó regalándome una dulce sonrisa.
- Es muy amable de tu parte. - Tomé los libros y le devolví el gesto. - Soy Melanie Antler. -
- Remus Lupin, ¿Eres nueva aquí? -
- ¿Es muy obvio? - Ambos reímos por la obviedad.
- Digamos que ningún estudiante se acerca así sin más a la insoportable de Irina Morgan -
- Nos acabamos de mudar con mi familia desde Grecia. - Llevé mi vista hacia el mismo reloj de hace un rato y noté que ya estaba llegando tarde. - Rayos... Lo siento Remus, pero ya debo irme. -
- Entiendo, nos vemos en el colegio. -
Nos dedicamos una última sonrisa y lo despedí con la mano.
Antes de salir, me dirigí a la caja para pagar e indicar hacia donde debían mandar los materiales.
Salí de la librería ya con apuro para dirigirme hacia la tienda de Madam Malkim, en el camino, sentí como si alguien estuviese siguiéndome, esa sensación de como si me estuvieran observando.
Giré un par de veces, pero no vi nada ni a nadie sospechoso, así continué mi camino.
Llegué a mi destino y en cuanto entré a la tienda, una campanilla sonó anunciando mi llegada, mi madre sentada en un sofá, giró la cabeza hacia mi dirección y comenzó a hacerme señas para que me acerque hasta donde estaba sentada.
- ¿Pudiste encontrar todo cariño? - Peguntó en cuanto me senté a su lado y deposito un dulce beso en mi cabeza.
- Si, les indiqué que los envíen directo a la casa. -
Relajé mi cuerpo en los suaves cojines del mueble, la caminata me dejó exhausta.
Mateo y mi padre, saliendo de los vestidores luciendo unos muy finos y elegantes trajes, todo esto era la prueba de vestuario para la fiesta que organizaron mis padres.
- ¿Qué les parece? - Una señora robusta y bajita, nos preguntó a mí y a mi madre, esperando nuestra aprobación con una tierna sonrisa.
- Son perfectos. - Emocionada, mi madre se puso de pie y se acercó a ellos.
Pude nota como un grupo de personas, comenzaban a amontonarse en la vidriera del local intentando ver el interior, la mayoría eran mujeres y adolescentes, obviamente notaron nuestra presencia.
Mateo tan fanfarrón como siempre, giró lentamente hacia donde se encontraba toda esa gente, les dedicó una descarada sonrisa y un guiño, muchas de las presentes reían tímidamente y se sonrojaron.
- Ven linda, es tu turno. - Dirigiéndose a mí. - Tomaré tus medidas para el vestido. -
Mi padre y Mateo fueron a cambiarse y yo me posicione en el pequeño escenario donde estaban ellos.
La dueña movió su varita haciendo ligeros movimientos, apareció una larga cinta métrica rodee todo mi cuerpo mientras que ella anotaba las medidas.
- ¿Tienes pensado algún diseño y color? -
- Tenía en mente algo sin hombros, con encaje obviamente y... pensé en un verde esmeralda. -
- Perfecto, acompáñame al vestidor y te llevaré algunos modelos para que te pruebes. -
La seguí hasta el fondo del local y me adentré al cambiador, unos minutos de espera y apareció la dueña con 3 vestidos para dejarme, me tardé un rato, pero pude ver el que más me convenció.
Salí con el vestido elegido y me subí al escenario, pude sentir como todas las miradas se posaron sobre mí, no solo la de mi familia y la de la dueña, sino también la de todas las personas que miraban atentamente desde afuera, como si estuviéramos montando alguna clase de show.
El vestido que escogí era uno color verde esmeralda, tal como lo imaginé, hombros caídos y el corset cubierto de encaje hasta las caderas, la falda de seda, llegaba hasta el suelo a la cual le colgaban unas tiras del mismo encaje.
Me miré al espejo y debía admitir que es perfecto, esta mujer me leyó la mente por completo.
- Te ves hermosa hija. - Mi madre se posicionó a mi lado, mirando con una tierna sonrisa la cual le devolví.
Me giré para ver al resto de mi familia, ambos me miraron con los pulgares arriba aprobando totalmente el vestido.
Desvié la mirada hacia la vidriera y noté como la gente me veía boquiabiertos o susurrando entre ellos.
Instintivamente recorrí con la mirada al tumulto de personas y no podía creer que el trio de idiotas que me crucé antes, ahí estaban. ¿Acaso me estaban siguiendo?
No pude evitar cruzar miradas con el mismo chico de larga cabellera que intentó coquetear conmigo, estaba analizándome con los ojos de arriba a abajo mientras asentía con una sonrisa en su rostro.
En cuanto nuestros ojos se cruzaron, levantó su pulgar en forma de aprobación y me guiñó un ojo.
Puse mis ojos en blanco, levanté la falda y me encaminé hacia las escaleras para bajar e irme hasta el vestidor, que chico tan irritante
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Just Friends [Sirius Black]
FanfictionLa familia Antler, se muda a Londres desde Grecia, la menor de la casa, Melanie, decidida en que su vida pertenece solo a su lugar de origen, conocerá a un grupo de chicos que la harán cambiar de opinión.