Insensible - ZeeNuNew 🌓 13

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—El jefe te está esperando. Buena suerte.

NuNew le dio a la secretaria una leve sonrisa antes de abrir la puerta y entrar.

Había muy pocas cosas que a NuNew le disgustaran tanto como que lo llamaran a la oficina de su jefe. Como jefe de departamento, lo veía con más frecuencia que el empleado promedio, pero ser llamado inesperadamente a la oficina de Max Kornthas nunca fue una buena señal. Afortunadamente, no había sucedido tan a menudo en los años que había trabajado para la empresa.

NuNew se detuvo, su rostro cuidadosamente formado en una máscara de cortés atención mientras Kornthas lo miraba desde el otro lado del escritorio.

—Siéntate —dijo Kornthas concisamente.

NuNew no tomó el tono personalmente. Los modales bruscos y duros de Kornthas eran bastante legendarios. El vicepresidente del Caldwell Group no era de charla trivial.

NuNew se sentó en una de las sillas.

—¿Quería verme, señor? —Ferrara era 4 años mayor que el, treinta y su sola presencia parecía exigir respeto, por lo que no era tan desagradable tener que dirigirse a su compañero como señor. Kornthas tenía hombres que le doblaban la edad y se dirigían a él de esa manera.

Su jefe lo miró por un momento, sus ojos negros bastante desconcertantes, si NuNew fuera propenso a sentirse nervioso.

—Necesito tu ayuda.

NuNew parpadeó. Hasta ahora, había estado seguro de que esas palabras no estaban en el vocabulario de su jefe.

—Por supuesto. ¿Cómo puedo ayudar?

Kornthas cruzó las manos sobre el escritorio, su expresión aguda y evaluadora.

Encontrando su mirada con calma, NuNew se mantuvo quieto mientras el silencio se extendía. Se negó a dejar que Kornthas lo intimidara.

—Es posible que hayas oído hablar del incidente que me sucedió hace tres días, —dijo Kornthas por fin.

NuNew enarcó las cejas. ¿Incidente? ¿Era así como Kornthas llamaba a un intento de asesinato? Toda la compañía había estado llena de especulaciones desde que alguien le disparó a Kornthas. La bala solo logró rozarle la cabeza, pero todavía hubo mucha sangre y, sin embargo, Kornthas volvió al trabajo al día siguiente como si nada hubiera pasado. El hombre realmente era un adicto al trabajo.

—Lo he oído, —dijo NuNew  secamente. No creía que hubiera nadie en Boston que no hubiera oído hablar de eso. Kornthas era uno de los empresarios más exitosos de la ciudad. No ayudaba que se rumoreara que tenía vínculos familiares con la mafia, el rumor que había estado circulando durante años y que volvía a ser un tema candente.

—Lo que no sabes es que fue el tercer atentado contra mi vida este mes, —dijo Kornthas, su tono suave, como si estuviera hablando del clima.

¿Tercero?