capitulo 16

40 11 0
                                    

     Con el paso de los días, mi relación con Natasha avanzaba cada vez más. La rusa poco a poco se abría más conmigo contándome sobre su pasado, pero tambien hablándome de sus miedos, sus deseos y sueños. Se termino mudando a mi habitación, y cada tanto me robaba ropa, que le quedaba super gigante y la hacía ver muy tierna. Molestarla ya era algo de nuestro día a día, incluso comenzamos a coquetear entre nosotras. 

     Cuando teníamos una tarde libre o por las noches, nos escapábamos a nuestro nido, donde la rusa se sentía libre de  todo, de su pasado, de su presente, de ser una ex asesina, de ser una vengadora y solamente era Natasha. Yo me paseaba por el bosque convertida en algún animal, jugando y corriendo por todos lados.

     A pesar de que pasamos tiempo juntas, y sentíamos atracción la uno por la otra, no volvimos a besarnos desde aquella primera vez en el bosque. Si dormíamos juntas, casi vivíamos abrazadas, pero no habían interacciones más allá de eso.

     - Estas cerca de ovular. - Le susurro en el oído. Ella estaba sentada entre mis piernas, ambas jugando con un cubo rubix compitiendo a ver quien lo armaba más rápido.

     - ¿Como los sabes? - Me pregunta sonriendo.

     - Lo tengo anotando en un calendario. - Le respondo.

     - ¿En serio? - Me pregunta sorprendida separándose un poco de mi para darse media vuelta y mirarme a la cara.

     - Si. Aunque tambien puedo oler tus cambios químicos en tu cuerpo. Pero suena más espeluznante decir que lo que lo tengo anotado. - Le respondo subiendo y bajando las cejas con diversión haciendo que se ria carcajadas.

     - Si suena como si fueras una acosadora u obsesionada.

     - Capaz lo sea. O como esas personas controladoras y posesivas, que sabes hasta cuantas veces vas al baño a orinar y cuantos minutos tardas en el baño. Cripi. - Natasha se ríe con más fuerza y hasta le caen unas lagrimas de los ojos.

     - Pero que vos lo controles no es tan raro, sabiendo tu condición, y nuestra relación. -  Me dice cuando se calma apoyando su espalda en mi pecho otra vez. Yo coloco mi cabeza en su hombro, dejando mi cara pegada en su cuello perdiéndome en su aroma.

     - Si... se podría decir que somos amigas muy intimas. - Susurro para luego dejar un suave beso sobre su piel, sintiendo como suspira al sentir el tacto de mis labios sobre ella. 

     - Podemos arreglar con Steve para quedarnos esos tres días aquí, decir que es parte del entrenamiento.

     - ¿Estas segura? No es necesario que lo hagas, al fin y al cabo, la que sufre el acoso sos vos no yo. 

     - ¿Quien te dijo a vos que yo me siento acosada? - Me pregunta divertida mientras gira de nuevo su cuerpo para verme pero sin separarse de mi.

     - Nadie. - Le respondo mirando sus ojos.

     - Quiero estar con vos esos días Kai, las dos solas aquí.  - Me dice mientras con su nariz a caricia la mía, y mete su mano debajo de mi remera y roza mi abdomen. - Dios Kai, estas muy caliente. - Jadea en mi oído excitandome.

     - Romanoff, no hagas que pierda la poca cordura que me queda. - Le advierto, clavando mis dedos en su cadera acercándola más a mi. Ella se levanta para sentarse encima mio, dejando sus piernas una a cada lado de mi cadera, y toma mi rostro con sus manos juntando nuestras frentes.

     - Quiero que pierdas la cordura Kai, y te dejes llevar por tus instintos. - Me susurra mirándome a los ojos de forma intensa. - Quiero ser tu compañera Kai. Quiero... aparearme con vos. - Con cada palabra que decía Natasha mi corazón latía más y más rápido, mi respiración era más agitada y la saliva aumentaba en mi boca. Sabía que esperaba una respuesta de mi parte, podía ver la ansiedad y el miedo en sus ojos, pero me dejo sin palabras, con la voz atorada en mi garganta, así que simplemente la bese, de forma suave y lenta, pero llena de deseo al mismo tiempo. Ella rodeo mi cuello con sus brazos pegando su cuerpo lo más posible al mío.

      Despacio nos doy vuelta, dejándola acostada sobre los almohadones , sin romper el beso ni cambiar el ritmo, Natasha levanto mi remera y  comenzó a acariciar mi espalda con sus manos, mientras yo hacia lo mismo con su cuerpo, acomodándome mejor entre sus piernas, que ella enrollo en mi cintura. Con mi lengua roce sus labios, y ella abrió la boca dejando ingresar. Sus gemidos suaves vibraban en su garganta, provocandome cada vez más, el olor de su humedad me estaba enloqueciendo. Dejo su boca para comenzar a besar su mandíbula y bajar a su cuello, escucho como jadea por aire cuando me separo de ella, despues siento sus uñas clavándose en mi espalda cuando comienzo a mover mi cadera, con un ritmo suave y constante, creando fricción entre nuestras intimidades aún vestidas.

     Natasha jadea fuerte, el aire se atora en su garganta, inclina su cabeza hacía atrás, su espalda se arquea y sus piernas se cierran con fuerza sobre mi cadera, al llegar al orgasmo. Beso su frente, su nariz, sin dejar de moverme,  mirando cada gesto en su rostro, mientras baja del existo y yo llego a el. 

     Dejo caer mi cabeza sobre el pecho de la rusa sexi, escuchando como su corazón late rápidamente, mientras trato de recuperar al aire, y tranquilizar mi propio corazón. que tan errático como el de ella. Romanoff comienza a acariciar mi cabello con suavidad logrando que de a poco me quede dormida. 

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

metaformosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora