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Horas después, Hyunjin fue dado de alta. Al regresar a la imponente mansión, Félix lo ayudó a caminar con cuidado, asegurándose de que cada paso fuera firme y sin dolor. Cuando ambos llegaron a la enorme habitación de Hyunjin, este se dejó caer sobre la cama, dando un pequeño gruñido con voz ronca.

— ¿Vienes? —Hyunjin le sugirió con malicia.

Félix suspiró, se cruzó de brazos y sonrió de la misma forma.

— Creo que deberías descansar y...

Félix no pudo terminar la oración cuando Hyunjin ya lo tenía en sus brazos nuevamente. Jadeó y decidió dejarse llevar.

— Hueles delicioso —Hyunjin le susurró sobre su cabello, mientras le daba masajes perezosos en la parte baja de la espalda.

Félix se incorporó mejor sobre su pecho, buscando no lastimarlo.

El silencio cómodo reinó.

— Me preocupé mucho por ti —Félix suspiró, escuchando los latidos contrarios, y levantó su rostro hasta observar esa penetrante mirada que lo observaba con ojos brillantes—. Temía que algo malo te hubiera pasado.

Hyunjin le dio una encantadora sonrisa y lo miró fijamente.

— ¿Puedes repetirlo?

— ¿Repetirlo?

— Lo que dijiste, que te preocupaste por mí —Hyunjin pasó su gran mano hasta el inicio de su cintura y la apretó con descaro—. Repítelo.

Félix jadeó.

— Me preocupo por ti, mucho.

Hyunjin sonrió de oreja a oreja y pegó su frente con la de Félix, aún masajeando su cintura.

— Yo también me preocupo por ti. Mierda, Félix, pienso en ti a todas horas, y deseo tenerte siempre conmigo.

— Me tienes para ti ahora —Félix susurró.

— ¿Cuánto tardaste en enamorarte de mí? —Hyunjin lo observó al sacar las palabras de su sistema. Su mirada esta vez no reflejaba nada, un vacío, quizás preocupación.

Félix estaba harto, sabía que no podría seguir así si Hyunjin no revelaba lo que había escondido en él, lo que tanto había decidido alejar.

— Responderé si terminas lo que comenzamos en la mañana. Dijiste que si sobrevivías, serías sincero —Hyunjin lo escuchó—. Sé sincero conmigo. No puedo ser completamente tuyo si me escondes cosas de ti así.

Hyunjin tensó la mandíbula, al igual que la presión sobre su cintura, que al parecer ya se había convertido en un hábito.

— Félix...

— Bien —Félix asintió ante el silencio. Se levantó sin pensarlo, alejando las grandes manos que lo tocaban como nunca nadie lo había hecho. Su corazón se oprimió ante la mirada asustada de Hyunjin— Iré a mi habitación hoy. Debes descansar y...

Félix dirigió su mirada hacia el frasco de pastillas que reposaba sobre la mesita de noche, como si aquel objeto en sí mismo pesara más de lo que parecía. Sus ojos se abrieron con una mezcla de sorpresa y temor al reconocer lo que era.

— Félix... —la voz de Hyunjin fue ronca, apenas un susurro.

Sin responder, Félix avanzó lentamente hacia el frasco, como si con cada paso tratara de retrasar lo inevitable. Lo tomó entre sus manos y leyó la etiqueta con detenimiento: "esteroides anabólicos". El nombre de la droga le quemaba en la mente.

— ¿Tu madre lo sabe? —preguntó, su tono grave, casi incrédulo.

Hyunjin no respondió, su mirada clavada en las sábanas oscuras que cubrían la cama, como si el peso de sus palabras lo hundiera más y más en ellas.

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⏰ Última actualización: 4 days ago ⏰

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Mellizos Lee | hyunlix au Donde viven las historias. Descúbrelo ahora