Frágil, ingenuo y débil como jazmín.

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-¡Sabes! Conocí a un vampiro hoy. - dijo tan emocionado, impresionado y hasta hiperactivo.

Un descubrimiento como ese habría puesto al mundo de cabeza hace mucho tiempo.

-Que noticia tan poco creíble.

-Lo es ¿No? Igual no pude creerlo la primera vez, hasta podría existir bajo la luz del sol, pensé que eso era imposible pero solo historias motivadas por el creer de las personas o necesidad que tenían ¡una manera tan absurda de asesinarlos!.

-Vaya, y de casualidad, cómo es que se llama?

-Bram Stoker, es un nombre lindo, me trató como un niño en lugar de un joven, le expliqué nuestra situación y se ofreció a hacerse cargo.

-Todo lleva un precio Nikolai. - aún si el se ofrecía no dudaba que pediría algo a cambio pero este pequeño gazapo aún no llega a ser un conejo.

Me miró por un momento, molesto o frustrado, decepcionado. ¿Había hecho algo malo? Aún así no entendía. Se cruzó de brazos y cerró sus ojos,  caminando enfrente mío, probablemente pensando y sin ningún tropiezo, en cierto modo siempre admiré esa habilidad, tal vez era costumbre, debería de cambiar las cosas de lugar ya están muy viejas y … solo estoy divagando.

-lo dices como si no lo supiera. Para tu información, sé perfectamente como se rigen los adultos, nada es gratis: resultados, favores, trabajos o recompensas, siempre buscan eso.

-Entonces me dirás sus deseos?

-Trato, más bien, lo acepté. Solo quiere sangre, al parecer es muy escasa últimamente con eso se que los asesinatos están mal y… debimos guardar algo de mi padre - se tapó el rostro con arrepentimiento soltando un pequeño barrido por su no imprevisto, era tierno - soy un tonto.

-Nadie puede predecir el futuro - hice mi mejor intento para no soltar una burla directa hacia él por ese berrinche. - pero… soltar sangre no estaría mal, aún así me preocupa un poco que te desmayes a cada rato, más la falta de sangre puede terminar en anemia.

-No se debe a eso, tranquilo, ya me hice estudios - soltó una risa muy, muy nerviosa a mi parecer, después de decir eso, probablemente quería contarme, conociendolo lo tuvieron que amarrar a una silla mientras su brazo estaba amarrado a la mesa donde le sacaron sangre.

Esa noche encontré aquel cuaderno hacía ya 5 años que habían pasado desde entonces, desde que intenté asesinarlo y este cuaderno sucio y desgastado ya lo había visto antes, en sus manos, a la lejanía del bosque, sobresaltaba si color amarillo en esa nieve.

Tomé una pluma y escribí, parecían páginas no tocadas hace años.

“Hola”

Sin respuesta

“¿Quién eres?”

Quizás solo era una pérdida de tiempo, parecía a lo lejos que Nikolai hablaba con alguien, observando, tenía la costumbre de decir lo que escribía, por un tiempo me cuestioné si era esquizofrenia pero llegué a la conclusión que solo era Soledad.

“¿Se murió, O … lo mataste?”

Fue la respuesta del libro, ¿cómo sabía que quería asesinarlo?

“No, aún no. Por el momento solo quiero cuidarlo, Fyodor Dostoyevski”

“¿Cómo se llama? He de suponer que Nikolai Gogol o Sigma”

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⏰ Última actualización: Oct 18 ⏰

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Un Ramo De Flores Blancas « Fyolai »Donde viven las historias. Descúbrelo ahora