Capítulo-20

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El frío cinismo en la voz de Mattias hizo que la sangre de Haiden hirviera. Sabía que las carreras ilegales no eran un juego seguro, pero siempre había existido una línea no escrita de respeto entre los corredores. Mattias la había cruzado, y lo peor era que no mostraba el menor arrepentimiento.

-¿Qué pasa, Haiden? ¿Estás ablandándote? -Mattias sonrió, provocándolo-. Si quieres volver a la pista, vas a tener que ensuciarte las manos.

Haiden lo empujó con fuerza, haciendo que Mattias retrocediera unos pasos. La gente alrededor se quedó en silencio, sorprendidos por la repentina confrontación.

-Te crees invencible, pero solo eres un cobarde que necesita hacer trampa para ganar -dijo Haiden, con la voz cargada de desprecio-. No necesitas herir a otros para demostrar que eres mejor.

Mattias se limpió la boca con el dorso de la mano y rió.

-Tú no entiendes nada, Haiden. Esto no es solo una carrera. Esto es supervivencia. Aquí no importa quién sea el más rápido o el más hábil, sino quién está dispuesto a hacer lo que sea para mantenerse en la cima.

Haiden lo miró a los ojos, sin dejarse intimidar.

-Si eso es lo que piensas, entonces ya perdiste. No eres más que otro peón en este juego, Mattias. Y si sigues así, no serás más que otra historia trágica que la gente olvidará en unas semanas.

Mattias apretó los puños, claramente irritado por las palabras de Haiden, pero antes de que pudiera responder, los amigos de ambos intervinieron. Marcos agarró a Haiden por el brazo, tirando de él hacia atrás.

-Déjalo, Haiden -dijo Marcos en voz baja-. No vale la pena.

Por otro lado, los compañeros de Mattias lo empujaron ligeramente, alejándolo de la confrontación, aunque Mattias seguía mirando a Haiden con una mirada asesina.

-Esto no ha terminado -advirtió Mattias, sus palabras llenas de veneno-. Nos volveremos a ver.

Haiden se quedó quieto por un momento, su respiración pesada, tratando de calmarse. Sabía que lo que acababa de suceder era solo un preludio de algo mayor. Mattias no se detendría, y si seguía corriendo, habría más incidentes como ese, más vidas en peligro.

Mientras lo llevaban lejos de la escena, Haiden miró hacia el chico que Mattias había hecho estrellar. Lo estaban atendiendo, aunque afortunadamente parecía estar consciente y en proceso de ser llevado a un hospital cercano.

-Esto no puede seguir así -murmuró Haiden, mirando a Marcos.

-Lo sé -respondió su amigo-. Pero si lo enfrentas de nuevo, no va a retroceder. Mattias no es de los que juegan limpio.

Haiden asintió, aunque en su mente ya comenzaba a planear sus próximos pasos. Sabía que debía ser más inteligente que Mattias, y que simplemente confrontarlo no resolvería nada. Pero una cosa estaba clara: no podía quedarse de brazos cruzados y permitir que Mattias siguiera poniendo vidas en riesgo por su arrogancia.

Mientras se alejaba de la pista, Haiden tomó una decisión silenciosa. Algo tenía que cambiar, y esta vez, iba a asegurarse de que Mattias lo supiera.

Haiden no pudo contenerse más. Aunque Marcos intentaba calmarlo, el impulso de enfrentarse a Mattias era demasiado fuerte. Se liberó del agarre de su amigo y volvió a caminar hacia su antiguo rival, su mirada fija, determinada. Mattias ya se había quitado el casco y lo esperaba con una sonrisa provocadora, claramente disfrutando del conflicto.

-¡Haiden! -gritó Marcos, pero ya era demasiado tarde.

Haiden se plantó frente a Mattias, mirándolo con furia contenida. Los otros corredores se hicieron a un lado, sabiendo que algo estaba a punto de suceder.

Entre dos mundos [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora