Capítulo 4: Traición

277 53 29
                                    

Christian estaba yendo rumbo a su casa mientras hablaba por teléfono con su amigo Frédéric, necesitaba su consejo.

—¿Estás seguro de que no era una broma? —Repitió su amigo al otro lado de la línea —¿Qué tal si es todo parte de una estafa?

—No es posible, ellos me ofrecían el dinero, no me lo pedían —Explicó Christian mientras su mirada se perdía por la ventana del bus —Y sé que es un abogado de verdad, lo conozco y no mentiria asi.

Ni siquiera estaba muy seguro de eso último. 

Si conocía a Toto de hace unos años, sabía que asistía a la facultad de derecho y que su familia era muy importante en ese campo.

Pero hacía tiempo que le había perdido la pista, así que no podía asegurarse de que realmente fuera un hombre de bien.

Incluso después de haber estado enamorado de él.

—¿Y qué piensas hacer? —La voz de Frédéric lo sacó de sus pensamientos —¿Vas a contarle a Max?

Christian se quedó en silencio por unos segundos.

Eran una decisión difícil y no sabía si podrían afrontarlo. Además, no había nada seguro sobre el intercambio de los chicos, así que se decidió por guardar el secreto.

—No, no pondré a mi hijo en una posición tan difícil sin saber que tan cierto es lo que esa familia asegura —Respondió con firmeza —Pero sé que la única forma de averiguarlo es haciendo una prueba de ADN, y no puedo...

Frédéric suspiro pesadamente, entendía bien la posición de su amigo.

—Tienes miedo al resultado, ¿No? —Ni siquiera tuvo que decir algo para saber su respuesta —No hay otra salida, debes hacerte la prueba para despejar dudas.

Christian sabía que su amigo tenía razón, y no había más opción que hacerse la prueba.

Pero la haría  a escondidas, no quería involucrar a su hijo en algo que podía resultar en una simple confusión.

Así que termino de charlar con su amigo y bajó del autobús para entrar al edificio donde vivía.

No había dado ni dos pasos cuando escucho las risas de su hijo y del mejor amigo de este.

—¿Entonces si lo besaste? —Preguntó Carlos y el rubio asintió —¿Y como sabes que era él?

—Te dije que parecía un muñeco, obviamente lo reconocí al verlo —Afirmó —Es muy guapo. Así que no iba a perder esa oportunidad.

—Estas loco —Carlos se acomodó en la cama —Yo no besaría a un extraño.

—Pues es un extraño muy rico —Max sonrió —Y besa bien.

—Algun dia te meteras en problemas —Señaló —¿Qué tal si tiene pareja? Podrían haber peleado en la fiesta y saldrías lastimado.

En ese momento escucharon ruido en el pasillo. Y el rubio le hizo una señal a su amigo para que ya no dijera nada.

—Creo que ya llegó —Susurró Max saliendo de su habitación —Papá, bienvenido.

El rubio sonreía con tal alegría que contagió su energía al hombre mayor, quien lo abrazo con mucho cariño.

Hizo durar el abrazo más de lo normal, de manera inconsciente, pues tenía miedo de que lo dicho por Toto fuera verdad.

—Muchas gracias, hijo —Respondió —¿Ya cenaron? No me habías dicho que Carlos se quedaría esta noche, hubiera cocinado algo mejor.

ʟᴀᴢᴏꜱ ᴅᴇ ꜱᴀɴɢʀᴇ~ᶜʰᵉˢᵗᵃᵖᵖᵉⁿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora