Bajo las vendas||

¡Museo!

Chuuya tenía bastante carácter, y bastante agresivo. Eso todo el mundo lo sabía, pues bastaba con observarle unos segundos. Por supuesto, con Dazai, intentaba controlar su ira hasta cierto punto, a pesar de lo complicado que le parecía. No siempre funcionaba. Esta noche específica, fue a otra ciudad junto con Dazai para una misión a la cuál les envío Mori, y después ( Tras discutir durante 30 minutos) decidieron salir a caminar por la ciudad. Chuuya observó asombrado el enorme monumento frente a él.

-... vaya...-

Dazai no se encontraba a muchos metros de donde él estaba, solo que el castaño decidió observar el lugar sentado desde un bordillo. No parecía muy interesado.

Chuuya se giró hacia Dazai y lo miró, un poco molesto por la discusión que tuvieron antes y por el comportamiento de su compañero en general. Miró más detenidamente su cabello y la forma en que seguía cada dirección en la que entraba el viento. Sacudió esos pensamientos de su cabeza rápidamente, no estaba dispuesto a admirar cómo se veía Dazai en ese momento. Se quitó el sombrero que Mori le había otorgado al entrar en la mafia y se arregló el cabello con la otra mano.

-... Eres realmente un dolor de cabeza, ¿lo sabías?-

-¿Qué hice ahora?-

Refunfuñó este, cruzándose de brazos.

Chuuya estaba distraído, mirando el monumento y a su alrededor, no pudo evitar sonreír, su ira e irritación desaparecieron, por ahora. Se volvió hacia su compañero, caminó hacia él y lo miró

-Oye, Dazai. ¿No es esto un museo por dentro?-

Trató de sonar indiferente pero tenía muchas ganas de ir... Jamás tuvo la oportunidad de ir a un museo, es algo que siempre quiso hacer con las demás Ovejas...Mirar cada vitrina con tranquilidad. Cosa que nunca tendrá la oportunidad de hacer con sus excompañeros.

-Ya, ¿Y?-

Respondió este, mirando hacia otro lado...No es lo que más le apetecía en el mundo, o eso parece.

Chuuya levantó una ceja y entrecerró los ojos. ¿Qué tipo de respuesta fue esa? Puso los ojos en blanco y agarró del brazo a Dazai.

-¿Y? Vamos a entrar a mirar, idiota.-

Comenzó a empujar a Dazai hacia la entrada del museo sin ningún cuidado.

-...vamos, quiero entrar. Deja de ser un mocoso.-

Dazai paro de caminar y le dio su teléfono sin motivo aparente. Chuuya levantó una ceja y miró la pantalla, ahora confuso. ¿Dazai había comprado los tickets con antelación? ¿Acaso era eso una excusa barata para pedirle perdón por la pelea de antes?

Chuuya se detuvo frente a la entrada y miró a Dazai.

-...¿En serio ? Casualmente tenías entradas para entrar, ¿no es así? Te juro que me haces enojar... cada maldita vez-

Chuuya tenía una leve mirada fulminante mientras lo miraba, poniendo los ojos en blanco. Miró los boletos y le devolvió su teléfono al castaño.

-... ¿por qué no admites que compraste los boletos porque sabías que yo quería ir?-

-Pfff, ¿Qué dices? Los compré porque me gustan los museos-

Contestó secamente cruzándose de brazos y caminando hacia la entrada, como si no hubiera estado aburrido minutos antes con tan solo ver la fachada del lugar.

Chuuya miró a su alrededor, asombrado. Claro, nunca ha estado en un museo en su vida, pero éste tenía un tema interesante. Notó una vitrina con armas antiguas, todas cuchillos y espadas afiladas.

-Oye... Dazai, mira estos, ¿no son geniales...?-

Chuuya se detuvo y caminó hacia el cristal de exhibición, admirando las armas dentro de él. Él se interesó mucho por estas, y las miró, tomando nota de cada detalle.

-Ya, ya ...-

Murmuró Dazai distraído viendo la puerta de salida...No era muy fan de los museos ni del silencio, que digamos.

-¿Eso es todo lo que tienes que decir? ¿Sólo "Ya, ya"?-

Chuuya miró a Dazai con un puchero. Le molestaba la facilidad con la que Dazai podía ponerlo de los nervios con las cosas más pequeñas. Se apoyó contra el cristal y se cruzó de brazos.

-No sé por qué te aguanto, ¿lo sabías? Eres tan exasperante.-

Chuuya notó las risas y se giró para mirar a Dazai, mirándolo levemente. Él frunció el ceño

-Oye. No te estás burlando de mí porque creo que este lugar es genial, ¿verdad?-

Preguntó, en tono medio en broma. En realidad no parecía molesto en su mayor parte, pero aún así, siempre estaba listo para patearle el trasero a Dazai cuando se comportaba como un idiota molesto.

-Pfff..-

Murmura este otro mientras hace un gesto con la mano. Lo mira de nuevo por un momento… Chuuya parecía un niño pequeño mirando un caramelo.

-Para nada.-

Chuuya puso los ojos en blanco ante la respuesta de Dazai y lo miró fijamente, un poco sospechoso debido a su expresión. El pelirrojo tuvo la sensación de que Dazai estaba tramando algo pero lo ignoró. Se volvió hacia las armas detrás del cristal y las miró durante unos segundos antes de mirar a Dazai nuevamente. Notando más palabras de este.

-Espera... ¡¿acabas de llamarme 'niño pequeño'?!-

Chuuya casi gritó. Caminó hacia Dazai y se paró frente a él, mirándolo indignado.

-Shhh...-

Susurra Dazai. Todo el museo estuvo en silencio hasta ahora. No se dio cuenta de lo que dijo en voz alta acerca de que Chuuya se veía como un niño. Bueno ya que, lo hecho, hecho está.

Chuuya se dio cuenta de ese hecho tan pronto como Dazai lo hizo callar. Miró a su alrededor, un poco avergonzado por casi gritar en medio de un ambiente mayoritariamente silencioso. Respiró hondo y miró a Dazai, manteniendo la voz baja. Bajó la cabeza y miró a Dazai a los ojos.*

-No me hagas callar, bastardo...no soy un niño...-

Murmuró, con las mejillas ligeramente rojas.

Eventualmente acabaron de ver la exposición y se dirigieron afuera. El establecimiento estaba a punto de cerrar de igual manera...Cuando salieron hacia más frío que antes, pero no era insoportable. En ese momento, a Chuuya se le ocurrió preguntar a Dazai el porqué de comprar el boleto para el museo si el no quería ir. Tal vez no debió hacerlo...

[❄️]

YAY me puse a chambear al fin. Probablemente mañana siga con la P.4 aunque la verdad es que está historia estaba medio abandonada. Como casi tiene 100 lectores, doy todo mi agradecimiento. Cualquier falta de ortografía me dicen (o ideas),, BYEE!!