Chuuya

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Mentiroso.
Si le pidieras a Chuuya que describiera a Dazai el te diría que es un mentiroso. Un manipulador, odioso, molesto (y guapo) idiota. Eso era todo lo que se le venía a la mente al pensar en él.

Pero si le preguntaras más a fondo, no te respondería.

No te respondería porque él no conoce a Dazai.

Tan poco lo ha intentado siquiera.

No sabe cosas básicas como su color favorito o su comida favorita, no sabe si le gustan los perros como a él o prefiere los gatos.

Lo que si sabía era que el castaño era muy egoísta. Nada lo hacía sin haber pensado al menos tres planes y dos rutas de escape antes. Nunca. Por eso era que Chuuya tenía que pensar así de él todos los días.
Para que al llegar a su habitación en la tarde, su sombrero favorito no estuviera partido a la mitad en el centro de su habitación. O para que su vino favorito no desapareciese misteriosamente de un minuto para otro.

Cuando esas cosas ocurrían Dazai solo sonreía como un payaso mientras la cara de Chuuya se iba tintando de un color rojo por la rabia y se dedicaba a arrojarle cosas a "la momia".

Aunque no era consciente de la compañía que le otorgaba su compañero, porque cuando estaba junto a las ovejas se las daba de líder y a la mínima que ocurría algo era su culpa. Si sus compañeros se metían en problemas por robar alcohol de alguna bodega el tenía que ir a buscarles, incluso si lo tenían merecido. En la Port Mafia era diferente, solo tenía que hacer caso a lo que decía Mori, tomar el té con Kōyō de vez en cuando y convivir con el impertinente desperdicio de vendajes que tenía la mayoría de veces a su lado pegado como una lapa.

Se había acostumbrado a ese estilo de vida.

Era por ello que no sabía muy bien que hacer si algo cambiaba.

Las calles estaban iluminadas por farolas y los locales de alrededor. Había bastante gente paseando a pesar del ligero viento frío que se notaba en el ambiente. Chuuya estaba caminando mientras veía al cielo oscuro, aunque se podían notar bastantes nubes. El silencio no era incómodo pero ciertamente aburrido.

—Oye, ¿por qué compraste las entradas?— Preguntó Chuuya ladeando la cabeza hacia la derecha ligeramente. Estaba tratando de deducir el plan que tenía Dazai en mente, si es que acaso había alguno, para evitar caer en algún tipo de broma de mal gusto en consecuente.

—Ya te dije, me gustó el museo—
Respondió este sin más. No parecía que tenía muchas ganas de hablar, en verdad.

—Eso no es cierto. Te pasaste toda la visita viendo una mosca y la luz que parpadeaba.— Espetó Chuuya adoptando un ligero tono defensivo. No podía evitarlo.

—¿Qué? Tu querías ir, ¿No? Pues entonces no hay ningún problema.—

El castaño se encogió de hombros. No mencionó el tono de voz defensivo de parte de su compañero, mayoritariamente porque ya estaba acostumbrado a su hostilidad.

—Pués si. Pero tú no. Y nunca haces las cosas cuando no te vienen en
gana— Dijo el pelirrojo cruzándose de brazos.

—Pues porque me apetecía ser amable. Que, ¿no puedo?—

—Deja de actuar más idiota de lo que eres y habla.—

—¿Qué es tan difícil de creer? ¡Ya te dije que quería ser amable!—

—¿Amable? Tú nunca eres amable.—

—Lo acabo de ser.—

Pasaron probablemente cinco minutos parados en medio de la acera discutiendo, la gente que pasaba alrededor se paraba a mirarles por unos segundos y luego continuaban caminando con desinterés.

—No, tu siempre tienes un plan o algo raro.— Continuó Chuuya.

—Pues tú querías ir y yo pensé que tal vez-...—

—¡No es eso! Seguro que quieres ganar tiempo para algo. ¡Seguro que quieres hacer alguna chorrada para llegar tarde y que me ponga de los nervios!—

—¡Eso no es cierto!—

—Claro que lo es.—

—¿Pero ya no se puede ser amable o qué?—

No se podía culpar a Chuuya. Había sido víctima de tantas jugarretas por parte de Dazai que a la mínima que algo no le cuadraba se ponía alerta solo por si acaso. Aunque eso también era un problema, porque cada vez que Dazai quería hacer algo de corazón, se le estropeaba por el mismo motivo.

—Seguro que quieres algo—

—...—

—Planeas robar mi sombrero, ¿verdad?—

—...—

—O beber mi vino de nuevo—

—...—

Chuuya siguió hablando, aunque era más para si mismo, porque Dazai ya se había ido del lugar.










[❄️]

HOLAAAAA,, al fin me puse a chambear. Ya no voy a explicar nada, si quieren saber porque lean la parte de disculpas y pues ya porque me da floja escribir los motivos de mi inactividad de nuevo. La verdad prefería reeditar las otras partes antes de hacer esta pero bueno en fin, se me cuidan!!

Cualquier falta de ortografía o algo me dicen,, BYEE!

Bajo las vendas||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora