El diario de MARTA

15/05/1958: Algo se despertó en mi

Serafina Valero, aunque todo el mundo la llama "Fina", era la hija de Isidro, nuestro chofer. Para mí, era prácticamente una niña hasta "ayer". Mi último recuerdo de ella es jugando en la cocina de casa, con una risa contagiosa y una mirada tan tierna como profunda. Hoy, sin embargo, ya no la miro como tal; hoy empiezo a ver a una MUJER.

Siempre la traté con cariño, en gran parte por el vínculo que su padre tiene con nosotros, pero hoy algo ha cambiado...

No en ella, sino en mí.

La forma en que la miro ha transformado mis sensaciones cada vez que nuestros ojos se encuentran. El espacio que compartimos ahora parece estrecho, me falta el aire.

Mi mente repasa una y otra vez, como un complicado ejercicio matemático, en qué momento el tiempo convirtió a aquella niña inocente en la mujer de carácter que es hoy.

Aún no logro decodificar lo que mi cuerpo, mente y alma intentan decirme; solo sé que desde que Petra pronunció esas palabras, nada volvió a ser igual.

Invertida, pervertida, asquerosa, impura, degenerada... y no sabría decir si continué escuchando porque mis sentidos se pusieron en pausa al oír las primeras acusaciones.

¿Ella? ¿Fina? No puede ser, me repetía una y mil veces mientras fingía prestar atención al relato de Petra.

Un escalofrío recorrió mi interior. Pero, ¿por qué? ¿Es rechazo? ¿Es asco? ¿Es vergüenza? ¿Es miedo? No encontraba respuesta a ninguna de esas preguntas, aunque esta última parecía tener un poco de sentido... Pero, de ser así, ¿miedo a qué? No tengo por qué temer nada, me decía una y otra vez: soy una mujer fuerte, íntegra, de principios, inteligente, enamorada y feliz.

Una cascada de nuevas interrogantes me sacudió como respuesta a mis pensamientos. ¿Acaso ella no lo es? ¿Simplemente por amar de manera diferente? ¿Puedo cambiar mi percepción de ella por un "simple rumor"? ...¿"simple rumor"? refuté mi propia pregunta. En el fondo, sabía que no era un rumor, pero elegía llamarlo así para no enfrentar la posibilidad real y el terremoto que esto desató en mí.

En medio del mar de dudas en el que navegaba perdida, una verdad asomaba en el horizonte: la certeza de que ALGO SE DESPERTÓ EN MÍ.

-----------------------------------------------------------

X: