Hunter's Blood

4. Interrogatorio y entrenamiento

Observo como Dean se lleva el botellín de cerveza a la boca y analizo su comportamiento, está tranquilo, relajado. Empiezo por el principio de todo.

- El día que te fuiste... - Noto como Dean aprieta la mandíbula y por sus ojos pasa la tristeza al recordar ese día. - ... ¿qué emergencia tuviste? - Termino la frase.

- Mi padre, nuestro padre, - Dice mirando a Sam - y yo teníamos casos diferentes, él le tenía en Atlanta y yo cerca de aquí, a tres o cuatro horas. En ese entonces Sammy acababa de entrar a la universidad gracias a las magnificas notas y no se dedicaba a la caza, no me apetecía quedarme solo en mi casa porque mi madre estaría con unas amigas así que vine y lo demás ya lo sabes. - Hace una pausa para tomar un trago de la cerveza y sigue. - Esa noche, nuestra noche, mientras dormías mi padre me llamó, dijo que había una emergencia con nuestra madre. Que mi padre me llame es bastante raro, por lo general nos comunicamos a través de mensajes en el buzón osea que si me llamaba era algo de vida y muerte, y vaya que lo era... llegué a Lawrence en un tiempo récord y cuando llegué encontré mi casa llena de policías, con cintas amarilla que parecen de las películas de homicidios. Sam y mi padre estaban fuera y me contaron lo que yo más temía, algo había matado a mi madre. A ellos los policías les habían tomado declaración así que me hice pasar por agente del FBI. - Suspiró y volvió a tomar un trago a la cerveza. Aproveché y puse mis manos sobre las de Sam para darle mi apoyo y él me sonrió. - Entré y todo mi mundo se vino abajo. Recogí las pruebas suficientes para llegar a la conclusión de que había sido un demonio. Sam dejó la universidad y empezó a entrenar. John estaba devastado, cazaba, cazaba y solo cazaba hasta que llegara el momento de encontrar al hijo de puta que había hecho esto a mi familia. Estaba a punto de llamarte cuando me replantee lo nuestro, la vida de cazador no es muy larga sabes... no quería que te pasara lo mismo que a mi, que sintieras ese dolor... yo no quería volver a sentirlo. Borre tu número y marqué a tus padres para contarles lo ocurrido. Llamaba a tu hermano cada cierto tiempo para saber si estabas bien, si te lo habían contado pero la respuesta era negativa siempre. - Terminó. 

No sé en que momento Sam se fue pero allí ya no estaba, había estado tan absorta con Dean que ni había reparado en él después de haber puesto mis manos encima de las suyas.

Me acerco a Dean y le abrazo y me aprieta fuerte hacía él. Me pongo de puntillas y le beso.

Suspira. - Siguiente pregunta. - Me dice aún abrazados.

- El día del accidente de mi hermano tu me encontraste, esa carretera es la que conduce a aquí, ¿qué hacías en ella? -

- Había pasado tanto tiempo desde la última vez que había estado contigo, te echaba de menos y solo quería verte, aunque fuese de lejos. Pero cuando llegué me encontré con lo que no quería encontrarme, por lo que no te había llamado. Estabas en el suelo sangrando y un vampiro a un par de metros de ti sin cabeza. Había dos cascos de motos, el verde de James y el naranja fosforito que le mandé para ti cuando me dijo que se había comprado una moto. Sabía que ese era tu color favorito pero le hice prometer que no te diría nada. Solo estabais tu y el cadáver de ese ser, no había rastro de tu hermano así que te metí en el coche rezando para que aguantaras el camino. Quemé el cadáver, escondí la moto para que nadie la viera y metí los dos cascos en el maletero y aceleré todo lo que pude hasta el hospital. Allí dije que era tu prometido pero no coló, ¿quién se creería que una chica de 16 estaría prometida? Pero fue lo primero que se me ocurrió, así que le dije a otra enfermera que era tu hermano y me dejó entrar. Y allí estabas rodeada de cables. Las enfermeras me dijeron que estabas estable, que solo habías perdido sangre y tenías un pie roto pero que pronto despertarías. Llamé a tus padres y a mi familia y vinieron lo más pronto que pudieron. Les conté todo lo que sabía y estuvimos a la espera de que despertaras. No me moví de tu lado hasta que no empezaste a despertar, en ese momento dejé tu mano en la de tu madre y me salí a la sala de espera. Salieron Sam y mi padre y me contaron que estabas bien pero que buscabas a alguien en la sala, a mi. Oí como tus padres te decían lo de la muerte de tu hermano y como rompías a llorar. No aguantaba más allí, nos fuimos los tres a por la moto de James y a buscar pistas sobre el paradero de tu hermano, pero no había nada. Nos dimos por vencidos y llevé la moto a tu casa para guardarla. - Deja el botellín vacío en la encimera y me acaricia la espalda y empiezo a llorar.