52. ¿Normalidad? Lo dudo [2/4]

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Poco a poco vi a través de la ventana como la luna iba dejando paso al sol en el alto cielo y como este llenaba de luz todo a su alrededor. Quité la vista de la ventana para fijarla en mis brazos, llenos de arañazos producto de las pesadillas de esa noche, intentando arrancarme la Marca por el escozor. Ni tan siquiera la compañía de Dean en la cama podía poner a raya las dichosas pesadillas que me atormentaban una y otra vez, este es el precio por volver a ser humana, cargar en la conciencia con el peso de todo lo que hice y lo que pasé en el Infierno, pero tampoco era opción convertirme de nuevo en un demonio.

Preocupada me recogí el pelo en una alta coleta y eché un trago al café de mi taza y otra vez miré detenidamente la Marca, trazando su contorno con mis dedos una y otra vez. El hecho de que tuviera que volver a la caza me ponía los pelos de punta, me seguía manteniendo en forma en el gimnasio improvisado del búnker pero de ahí a volver otra vez al negocio... era totalmente distinto.

A mi espalda, la puerta de nuestro dormitorio se abrió y con fuertes y lentos pasos Dean se posicionó detrás de mi para dejar un beso en mi cuello.

- Buenos días, nena. - Se estiró detrás de mi y luego puso rumbo hacia la cocina, dejándome una agradable vista de su ancha espalda adornada con los nombres de nuestros hijos y el mio, únicamente llevaba puesto los boxers.

Me obligué a tragar todo el nerviosismo que tenía para que por lo menos todavía no notara nada fuera de lo normal antes de contestar.

- Buenos días, Dean. -

- Es bastante pronto, ¿has desayunado? - Preguntó desde la cocina donde se oían ruidos de estantes abriéndose y cerrándose y de vasos chocando.

- Sí, me he hecho un café. - Respondí levantándome de la silla para irme al sofá donde por lo menos estaría más cómoda. Pasarme toda la noche en esa silla no me había hecho ningún bien

Me permití echar hacia atrás el cuello y cerrar los ojos de forma breve pero por supuesto las imágenes de tanto tiempo atrás no me iban a dar tregua. Abrí rápidamente los ojos cuando la voz de Dean me sacó de mi aturdimiento.

- ¿Qué? - Le pregunté aún con un poco de agitación.

Se paró enfrente de mi y cuando iba a hablar se calló, desviando su mirada por mis brazos.

Mierda, ahí vamos.

Dio unos cortos pasos hacia mi señalando con su dedo mis brazos pero aún sin articular palabra, se llevó la mano a la cara para dejarla unos cuantos segundos en su boca, tiempo que yo utilicé para tapar mis brazos pero ya era tarde.

- ¿Quieres contarme lo que te ha pasado ahí? -

- Yo solo... Yo... Esta noche... - No conseguía poner en orden mis pensamientos, tenía un gran alboroto en mi cabeza llegando al punto de que me costara hasta respirar.

- Hey, hey, respira. Solo soy yo, ¿vale? - Dejó a un lado su taza de café y se sentó en la mesita que había enfrente de mi. - Asiente o niega cuando te haga la pregunta, lo hará más fácil. - Sus manos me acercaron al borde del sofá para estar más cerca de él.

- Estoy bien Dean, estoy bien. - Su semblante no cambió ni un ápice, no se lo había tragado, es más, poco a poco fue cambiando a uno enfurecido por haberle mentido.

- ¿Quieres dejar de hacerte la fuerte? Tú me has visto caer y yo te he visto caer, ¡joder! - Miró por unos segundos a su izquierda y luego volvió a mirarme a mi más calmado. - No puedo ayudarte si tú no me dejas, Kayla. -

Hunter's BloodDonde viven las historias. Descúbrelo ahora