، 𝐄́𝐋 𝐄𝐑𝐀 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐄́𝐋, 𝐇𝐀𝐒𝐓𝐀 𝐋𝐎𝐒 𝐇𝐔𝐄𝐒𝐎𝐒. 𝐓𝐎𝐃𝐎 𝐁𝐀𝐑𝐀𝐓𝐇𝐄𝐎𝐍, 𝐍𝐀𝐃𝐀 𝐋𝐀𝐍𝐍𝐈𝐒𝐓𝐄𝐑.
Desde las ventanas de la cámara de parto, los llantos de un primogénito se filtran, los rayos centelleantes de una tormenta fur...
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INTRODUCCIÓN. | La tormenta se acerca. ━━━━━━━━━━━━━ [ season one. ] ㅤㅤ ㅤㅤ ㅤㅤ
En el silencio helado del bosque, el niño estaba perdido, abrazándose a sí mismo mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. Alrededor, los árboles se alzaban como guardianes, pero claramente no lo protegían de la soledad que apretaba su pecho. La nieve caía suavemente, cubriendo todo con un manto blanco.
El niño miraba al horizonte en busca de algo que no sabía definir: una figura familiar, un rostro querido. "¿Madre? ¿Padre? ¿Arianne?", sus palabras se disolvían en el aire helado, y el silencio le respondía con una burla cruel.
Pudo escuchar un aullido a lo lejos, que le hizo abrazarse a sí mismo, acurrucandose contra el tronco detrás de él. Cuando sus ojos azules se alzaron, noto los hermosos arcianosrodeándole, como si lo abrazaran. La brisa le acarició las mejillas calientes, una hoja solitaria cayó del laberinto de ramas que había arriba. Cayó en el estanque, flotando lejos a sus pies.
El sonido fue apenas un leve susurro y el arrastrar de pies sobre la nieve.
Alzó la cabeza que tenía apoyada entre sus rodillas, cuando finalmente le vió. Una figura envuelta en una capa negra se movió en su dirección. Su rostro, un secreto bajo la sombra de su capucha, pero el brillar de sus ojos fue suficiente para erizarle la piel. Se sintió acorralado, pero la silueta encapuchada no parecía querer lastimarlo, al contrario, titubeaba en acercarse, como si también buscara respuestas.
Cuando sus miradas se encontraron, el niño sintió el frío mordisquearle la piel.— ¿Quién eres? ¿Eres un espíritu? —preguntó con la voz quebrada. La idea de que lo que estaba frente a él pudiera ser un espectro lo aterrorizó; la posibilidad de estar hablando con alguien que ya no pertenecía a este mundo era demasiado abrumadora.
Una brisa volvió a agitar las hojas carmesí. El espíritu retrocedió, casi como si tuviera miedo. El estómago del niño se retorció con culpa, apresurándose rápidamente.
—Espera. No te vayas. No te haré daño. —con algo de dificultad, se puso de pie.— Soy Raiden. ¿Cómo te llamas?
Su voz sonaba hueca en el silencio del bosque, pero sus ojos eran penetrantes y llenos de una desesperación palpable. Pero entonces, algo cambió. La tormenta llegó como una sombra oscura y abrumadora. El niño vio al espíritu retroceder con miedo; su figura se desvanecía ante él mientras el bosque se convertía en un torbellino caótico nieves, ramitas y recuerdos perdidos.
