¿Quién será el que me quiera a mi? (Omegaverse) {Uzugyu} [KNY ships]

•2•

El frío aire pegaba en la cara de Uzui, saltaba de edificio en edificio. Buscando al hombre que le dieron la orden de matar.

-- ¡Hey, Uzui! Dos cuadras a la izquierda. El maldito escapó -- Dice atravez de la llama el Omega de ojos azules

-- Entendido -- Contesta serio

Gyutaro aceleró, esquivando y manejando con habilidad la moto. Estaban cerca de atrapar al sujeto pero el maldito tuvo que escapar.

Llegaron a las afueras de la ciudad, ambos se detuvieron en una casa aparentemente abandonada.

-- Tks. . . Maldito corbarde -- Dice Gyutaro caminando hacia la casa abandonada

-- ¿Estás seguro que está aquí? -- Pregunta serio y en alerta Tengen

-- Ten cuidado, esto podría ser una emboscada -- Advierte con el ceño fruncido en la oscuridad de aquella casa abandonada

-- No soy idiota, sé perfectamente que los peligros y probabilidades -- Se defiene molesto y explorando un poco la casa abandonada

Gyutaro fruncía su ceño, podía sentir más presencias pero no estaba seguro de sí realmente había más personas o era su imaginación.

Tengen escuchaba respiraciones, no sabía si eran de animales que rondaban por ahí o si eran más personas.

El silencio se volvió pesado. Cada paso que daban era más tenso el ambiente.

Ambos se detuvieron, unas balas fueron disparadas hacía sus cabezas pero lo esquivaron.

-- ¡Carajo! -- Exclaman los dos al mismo tiempo

Gyutaro empezo a correr con el cuerpo inclinado. Corriendo de mejor manera y rápidamente.

Tengen salta y empieza a tirar con sus katanas tiros certeros, cortandoles la cabeza a la mayoría de ahí.

El Omega de ojos azules mata a varios de ahí con sus hoces envenedas y finalmente mata a quién debían matar.

-- ¿Qué hacemos con los cuerpos? -- Pregunta Tengen recuperando un poco el aire

-- ¡La polícia! -- Exclama Gyutaro corriendo y tomando su moto, escondiendola en algún lugar para que los polícias no la encontraran

Después de haberla escondido bien, ambos corriendo por encima de los edificios, Gyutaro se apoyaba con sus hoces para impulsarse o esquivar los obstacúlos.

El Alfa de cabellos blanco corría sin cesar. Apenas podía seguirle el ritmo al Omega, cosa que indirectamente le gustó.

Al día siguente Gyutaro había terminado sus clases y se encontraba en su club.

Un requinto se hizo presente en aquella habitación, seguido de unos toques de guitarra.