Capítulo 2: Sueños y planes

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Después del concierto, Iván y yo nos sentamos en un café de la calle Córdoba, disfrutando del sol de la tarde.

—Mica, estás en la cresta de la ola —me dijo Iván, sonriendo—. Deberías aprovechar este momento para grabar un disco.

—Es un sueño, Iván —respondí, emocionada—. Pero no sé si estoy lista.

—Claro que lo estás —insistió—. Tienes talento y pasión. Solo necesitas creer en ti misma.

Mi hermana Eliana se unió a nosotros, con una sonrisa en el rostro.

—Chicos, tengo una idea —dijo—. ¿Por qué no hacemos un viaje a Europa? Podemos explorar nuevos lugares y encontrar inspiración para tu música, Mica.

—Me encanta la idea —respondí, ilusionada—. Pero ¿cómo vamos a hacerlo?

—Ya pensé en eso —dijo Iván—. Podemos vender la quinta de mis padres y usar el dinero para financiar nuestro viaje.

—Es un riesgo grande —dije, dudosa—. Pero si vamos a hacerlo, vamos a hacerlo bien.

—Vamos a hacerlo —dijo Eliana, sonriendo—. Vamos a seguir nuestros sueños y vivir la vida que queremos.

Y así, en ese momento, tomamos la decisión de cambiar nuestras vidas para siempre.

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