Capítulo 3: La decisión

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Días después, nos sentamos con los padres de Iván para discutir la venta de la quinta. La casa estaba llena de recuerdos y emociones, pero sabíamos que era el paso correcto para nuestro futuro.

—Papá, Mamá, tenemos algo que hablar con ustedes —dijo Iván, serio—. Queremos vender la quinta y usar el dinero para viajar a Europa.

Su madre se sorprendió, pero su padre nos miró con curiosidad.

—¿Qué los lleva a tomar esta decisión? —preguntó.

—Queremos seguir nuestros sueños —respondí—. Iván quiere ayudarme a lanzar mi carrera musical y Eliana quiere explorar nuevos lugares y culturas.

—Es un riesgo grande —dijo su madre—. Pero si es lo que realmente quieren, tenemos que apoyarlos.

—Gracias, Mamá —dijo Iván, abrazándola—. Sabemos que no será fácil, pero estamos dispuestos a trabajar duro.

Después de la reunión, nos sentimos aliviados y emocionados. La venta de la quinta sería un nuevo comienzo para nosotros.

—Vamos a hacerlo, chicos —dije, sonriendo—. Vamos a cambiar nuestras vidas.

—Vamos a hacerlo —repitió Eliana, abrazándome—. Juntos.

Iván se unió al abrazo y nos quedamos así, rodeados de la emoción y la esperanza de un futuro brillante.

—¿Sabes qué? —dijo Iván, sonriendo—. Creo que es hora de que tengamos nuestros propios caballos.

—¿Caballos? —pregunté, sorprendida—. ¿Por qué?

—Porque vamos a necesitarlos para explorar Europa —dijo, guiñando un ojo—. Y porque siempre has querido tener uno.

Me sonrojé de emoción. Un caballo era un sueño que había tenido desde niña.

—Vamos a hacerlo —dije, emocionada—. Vamos a encontrar nuestros caballos y explorar el mundo.

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