𝐶𝑎𝑝 #3 - ✩

62 5 1
                                    

Aquino decidió no responder al previo comentario hecho por el "guardia", o quién fuera ese tipo. El auto siguió en movimiento y su interior se encontraba en completo silencio. Durante el camino, el ojimiel observó todo el rato por las ventanas. Gracias a esto pudo ver la gran cantidad de construcciones con aspecto de fábricas alrededor de la carretera. Por alguna razón, estás le generaban un miedo inmenso, como si supiera que la existencia de esas fábricas por las carreteras en medio de la nada tenía mucho que ver con el lugar de destino. Aquino nunca había salido de su pueblo "natal", por así decirlo, pues no nació ahí, aunque ahí se crió toda su vida. Todo era muy desconocido para el, y esto lo asustaba, pero al mismo tiempo lo emocionaba bastante.

De repente el auto se detuvo frente a una de estas fábricas y uno de los dos hombres que se encontraban al frente se bajó para luego entrar a aquel lugar. Aquino no le prestó mucha atención a esto, pues sabía que lo que sea que ellos tuvieran que hacer antes de llegar no era de su incumbencia. De igual manera, unos minutos después, cuando este ya se aburría, el tipo regresó, pero esta vez acompañado de otro misterioso hombre.

| Me dijeron que vienes por... ¿Duxo? Si estoy en lo correcto, por favor ven conmigo.

| No. - Aquino no pensó 2 veces su respuesta.

| ¿Huh?

| No debo confiar en nadie. - Recordó las palabras de aquellos hombres.

| Ah... ¿Y como estás seguro de que puedes confiar en ellos? ¿Cómo sabes que aquel hombre del teléfono es quien de verdad dice ser?

Estas palabras hicieron que Aquino sobrepensara bastante en muy pocos segundos.

| ¿Cómo sabes de la llamada?

| Tengo mis contactos. - Le guiñó el ojo y se giró a ver al conductor, al que me hizo una seña con la mano, indicando que podían continuar con el camino.

Aquino observó como el segundo hombre se subió al auto nuevamente, con cara sonriente. Mientras continuaban con el camino, el tipo que se acababa de subir sacó su celular para hacer una llamada.

| Está listo, señor.

Se escuchó una voz borrosa al otro lado de la línea, seguido del sonido característico de una llamada al ser cortada. ¿Qué fue eso? ¿Quién era el tal "señor"? Sus preocupaciones aumentaron de manera drástica.

El viaje continuó por varias horas, que poco a poco se le iban haciendo mucho más largas. Un viaje de 2 horas se convirtió en uno que parecía llevar años. Luego de la gran espera por la que el ojimiel tuvo que pasar, por fin el paisaje pasó de ser totalmente inhabitado a ser un lugar con millones de edificios y personas transitando alrededor. Efectivamente, lo habían llevado a la ciudad.

Aquino solo contemplaba desde la ventana del auto todas las luces en la plena oscuridad de la noche. Parecía un niño chiquito, pues nunca tuvo la oportunidad de ir a ese tipo de lugares tan poblados y urbanos. Luego de otros 30 minutos, todos estaban bastante cansados. De todos modos, no tuvieron que aguantar mucho más ahí dentro, pues por fin llegaron al lugar de destino.

| Bájate, ya llegamos. - Dijo uno de los hombres de negro antes de bajarse del vehículo.

Aquino se bajó y miró a sus alrededores, lo único que vió fue un gran edificio, que se extendía kilómetros hacia arriba y hacia los dos lados. Nuevamente, uno de los hombres de negro sacó su teléfono y marcó a un número.

| Señor, estamos abajo. Cuando quiera puede venir, tendremos al sujeto esperando hasta que se presente.

La mención de aquel "señor" le puso los pelos de punta, aún no sabía quién era exactamente, pero estaba seguro de que era una figura suprema de autoridad dentro de lo que fuera ese edificio y lo que sea que hicieran. Aquino no pudo evitar sobre pensar todos los hechos de la situación, después de todo, sus preguntas eran demasiadas para las pocas respuestas que tenía, lo único que sabía es que con cada decisión tomada, se acercaba más al destino que esperaba, encontrar al amor de su vida. De igual modo, sabía que todo podría ser un tipo de trampa, y que si seguía avanzando en ese territorio desconocido, también podría estar mucho más cerca del peligro de lo que parecía.

Esperaron ahí abajo por un buen rato, hasta que por fin se escuchó el sonido de la puerta automática abriéndose. De ella, salió otro hombre de negro, pero esta vez, Aquino sintió una sensación muy rara, como si ya lo conociera. Dió dos pasos hacia atrás, sintiendo el poder que imponía aquel tipo sobre todos a su alrededor. El hombre, viendo está reacción defensiva, habló.

| Ah, ¿Asustado?

| ¿Quién eres? - Preguntó Aquino.

| El que hace las preguntas soy yo, ¿Entendiste?

| ... - Esta oración hizo que claramente Aquino se impactará y volviera a dar un paso hacia atrás, está vez fue tan largo que casi pega contra el carro, que aún se encontraba detrás de ellos.

| ... Ja, parecías más rudo en las llamadas.

Con eso, Aquino lo entendió todo. El era el que había estado llamando para saber de su progreso y el que organizó todo el plan de "búsqueda".

| Así que eres tú. - Replicó Aquino.

| Sí, el mismo. Quiero que sepas que, en el momento en el que pises este edificio, tu vida va a cambiar hasta que tú cumplas tu propósito, y me ayudes a cumplir el mío.

| ... ¿Cumplir el suyo? ¿A qué se refiere?

| No es algo de lo que debamos hablar acá, por favor, entremos.

Con eso, todos los hombres presentes alrededor entraron.

| Ah, y puedes llamarme Anthony. - Dijo para luego entrar al edificio.

Aquino se quedó esperando afuera, aunque dió unos pasos hacia el frente. ¿Será que si debía entrar? Aquello que le dijo ese tal Anthony... Más que una advertencia, parecía una amenaza. De igual modo, ya no tenía nada más que hacer, era avanzar, o quedarse vagando por las calles hasta encontrar el camino a casa, cosa que claramente no iba a hacer. Dió 2 pasos largos y se posicionó frente a la puerta, que se abrió como si lo estuviera invitando adentro.

Aquino suspiró, y con los ojos cerrados, entró al edificio.





★ - ...Traté de advertirte sin ser tan obvio...









----------

SE VIENE LO BUENO 🗣

¡ 𝐶𝐴𝑇𝐶𝐻 𝑀𝐸 ! - (Duxino)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora