Capítulo 5

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sesshomaru había llegado a la clínica junto a su amigo naraku, ambos se habían ido cada uno en su auto pero habían llegado al mismo tiempo, acordaron verse a la hora del almuerzo si no tenían mucho trabajo y así ambos se despidieron para empezar con sus obligaciones, el día para sorpresa de muchos había transcurrió extremadamente rápido, sesshomaru había pasado la mayor parte del día en el quirófano haciendo cirugías de rutina, varias de ellas habían sido con la compañía del idiota de inuyasha, ambos hermanos estaban sumergidos en sus propios pensamientos por lo que muy poco se molestaron entre ellos, por la mente de sesshomaru paso la imagen de la cara del idiota de inuyasha si supiera que el seria el padre del hijo de kagome, seria algo digno de ver pero solo negó despacio, el ni siquiera sabia como sentirse al respecto y quizás solo se estaba haciendo una falsa idea de algo que aún no había pasado, siempre estaba la posibilidad de que el cuerpo de la azabache rechazara el embrión fecundado y por ende ya no habría embarazo, por alguna razón ese pensamiento lo decepciono causándole una leve incomodidad en el pecho......acaso de verdad quería un hijo?, era absurdo, nunca se había planteado ni siquiera la opción de tener un hijo, pero entonces porque sentía decepción al pensar que tal vez eso no sucediera, negó levemente con su cabeza dejando de lado esos pensamientos, debía concentrarse en lo que estaba haciendo terminar la operación coser y avisar a los familiares que todo había salido bien.

Había tenido tanto trabajo hoy que ni tiempo había tenido de ir a almorzar por ende no había podido seguir hablando con el imbécil de naraku y saciar un poco su curiosidad con respecto al tema, vio a inuyasha suspirar cansado terminando con su trabajo al mismo tiempo que miraba el reloj en la pared y se despedía del equipo algo apurado, cosa que lo extraño... que haría?....a donde iría? Seguro su irritante y tonta novia lo esperaba si seguro era eso, porque después de lo de anoche no creía que inuyasha fuera tan tonto de acercarse a kagome cuando ella había dejado más que claro que no lo quería tener cerca, con ese pensamiento termino su trabajo felicitando a su equipo y dando las instrucciones para el cuidado del paciente, suspiro cansado saliendo del quirófano al mismo tiempo que se quitaba los guantes y la bata clínica llena de sangre quedando en su particular uniforme de un impecable azul oscuro, cansado y viendo que ya era hora de volver a casa se encargo de firmar una que otra alta y ver a uno que otro paciente antes de ir a su oficina por sus cosas, iría a comer algo y quizás por un trago, estaba algo estresado por el tema de kagome, pero había decidido que esperaría hasta que kagome anunciará su embarazo, no podía solo ir a su casa y decirle "oye!!, sabes que el esperma que naraku utilizo para inseminarte es mío, sorpresa soy el padre"..... eso sonaba estúpido hasta para el, con un último suspiro tomo sus cosas dirigiéndose a su departamento de soltero, lo mejor sería ir a casa y pedir algo de comer, necesitaba descansar para poder pensar con cabeza fría.

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Kagome había terminado de acomodar y limpiar su departamento sin mucho esfuerzo se suponía que debía tener mucho reposo si quería de verdad que su inseminación artificial funcionara, había preparado algo rico para el almuerzo y entre una cosa y otra se le fue el día, su madre no tardaría en llegar, el templo higurashi quedaba a unas 5 horas en las afueras de la ciudad así que ella había tenido el tiempo suficiente para pensar que le diría a su madre y prepararse para su reacción, no mentiría estaba nerviosa y sus nervios solo empeoraron al escuchar el timbre de la puerta anunciando la llegada de su madre, suspirando para tratar de calmarse fue abrir la puerta recibiendo a su madre con un efusivo abrazo, ambas mujeres pasaron a dejar las maletas en la habitación donde dormiría Naomi que estaba muy emocionada de poder pasar tiempo con su hija.

Kagome: mamá y el abuelo pensé que vendría contigo?.- la miro curiosa al no ver a su anciano abuelo.

Naomi: oh cariño lo siento pero el abuelo ha estado muy ocupado con las cosas del templo y me pidió que lo disculpara contigo por no poder venir.- explico con cariño sentándose con su hija en los sillones de la sala viéndola suspirar cansada, esto sería más difícil sin el abuelo presente, el la comprensión un poco más.

Un amor extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora