𝗐𝗂𝗅𝖽𝖾𝗌𝗍 𝖽𝗋𝖾𝖺𝗆𝗌 |
Dónde Anthony LaRusso comienza a desarrollar sentimientos inesperados por Nathan Foster, un chico de Cobra Kai con un pasado complicado, mientras ambos navegan entre la rivalidad de los dojos y sus propios conf...
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004. Nuevos conocidos
La escuela comenzó como cualquier otra para Foster. Se levantó temprano con la cabeza aún llena de lo ocurrido en el dojo de Cobra Kai la tarde anterior, había demostrado su habilidad a pesar de que su mente no estaba en eso ahora. Mientras caminaba por los pasillos algo en el ambiente se sentía tenso, como si el día estuviera cargado de una energía extraña.
Cuando llegó a su casillero, todo parecía tranquilo a su alrededor. Pero a lo lejos pudo notar un pequeño grupo de estudiantes reunidos en círculo, riendo y murmurando entre ellos. A medida que se acercaba la risa se hacía más fuerte, y al ver el rostro familiar de Kenny en el centro de la escena, supo de inmediato que algo no estaba bien. Kenny estaba junto a su casillero, su expresión de frustración y vergüenza era evidente mientras intentaba secarse la camiseta empapada.
Alrededor de sus pies, un charco de leche formaba un pequeño río pegajoso y todo su material escolar estaba mojado y arruinado. Los responsables estaban un poco más allá, riéndose entre ellos, uno sosteniendo su teléfono grabando la escena a la par que el afectado intentaba sin éxito limpiar el desastre. La multitud a su alrededor, aunque no todos participaban activamente en la burla, observaba con una mezcla de diversión y complicidad disfrutando del espectáculo.
El casillero de Payne había sido claramente manipulado. Alguno de ellos, probablemente durante el recreo, había vertido leche dentro asegurándose de que cuando lo abriera todo se derramara sobre él. Era un truco cruel y humillante, y como siempre, la víctima era él.
Sintió una ola de ira recorrer su cuerpo, una sensación de injusticia que lo llevó a apretar los puños. Quería intervenir, quería detener las risas y confrontar a los culpables.
Pero al mismo tiempo sabía que no podía precipitarse.
Su mirada pasó de su amigo tratando de mantener la calma, a los chicos que lo rodeaban, riendo como si fuera la broma más divertida del mundo. Kenny por su parte, estaba claramente agobiado, intentaba mantener la compostura pero la leche empapando su ropa, el material arruinado y las risas a su alrededor estaban a punto de superarlo. La multitud comenzó a dispersarse lentamente, los culpables se fueron satisfechos sabiendo que una vez más habían salido impunes.
