Simón:
Mis padres siempre han sido muy sobreprotectores desde que he sido un bebé hasta este punto de mi vida en donde tengo 17 años. Cuando era pequeño tener ese tipo de padres no fue algo que me molestara, pero cuando empecé a crecer y crecer hasta volverme un adolescente (y que por cierto está a punto de ser un adulto), se ha vuelto una tortura para mi día a día. Mi madre, Mary; y mi padre, Dante, hace unos días atrás les habían dado unas largas vacaciones así que por eso ellos han decidido irse los dos al Caribe y dejarme a mi a cargo de un niñero. Claro que al principio protesté y todo lo demás argumentando que yo podía cuidarme solo... pero bueno, me imagino que ya saben cual fue la respuesta.
Después de vestirme con ropa ancha para estar más cómodo sabiando que afuera hacen treinta y tantos grados, salí de mi habitación la cual está en el primer piso de la casa, caminé por el largo pasillo y llegué al living, en donde estaban mis papás con sus maletas en la mano.
—¿Ya se van? —pregunté tímidamente, mientras me acercaba a ellos con las manos en los bolsillos.
—Si, hijo. —me respondió uno de ellos. —Solo estamos esperando a que venga tu niñero para nosotros poder marcharnos.
«Joder, como me tienen harto con la weá del niñero.», pensé.
—Oigan, se los digo en serio: No necesito un niñero, ¡puedo quedarme solo, entiendan de una sola vez! Si tanto les preocupa mi seguridad dejen que vaya con ustedes al Caribe.
Mary suspiró, colocándose unos lentes de sol y sacudiendo su cabello negro.
—Imposible, Simon, Imposible. Ya dejamos todo listo y no podemos hacer un cambio de planes. A parte, el chico que te va a cuidar es super joven y cercano a tu edad, estoy más que segura de que ustedes dos se llevarán super bien.
—Así que cercano a mi edad y que me caerá super bien, eh... —dije sin ánimos. Ya estaba empezando a resignarme. Me habían dicho que tenia 21 años y compartía algunos gustos conmigo, pero eso no significaba que eso me fuera a converser. (Y lo digo ya que hay algo que nadie sabe y es que soy un chico super caliente y que se baja esa calentura con un buen pajazo ya sea en el día o en la noche) Osea básicamente lo único que yo buscaba era estar 100% solo para tener privacidad y hacer mis cosas en donde quisiera.
Al poco rato el timbre de la casa sonó, yo me puse nervioso mientras que mi papá caminaba hasta la puerta para abrirla.
—¡Hooola, Andrew, que bueno que ya llegaste! ¿Como estas?
Miré como mi padre saludaba al chico con un fuerte apretón de manos, luego su mirada se cruzó con la mía y me sonrió.
—Tú deber ser Simon, ¿no? —entró a la casa y comenzó a acercarse a mi. —Me alegra verte.
Andrew, mi niñero de 21 años, no era nada parecido a como me lo había imaginado, por ejemplo: Pensé que sería alto, pero en realidad tenía la misma estatura que yo. Pensé que sería un chico normal de su edad, pero por usar una camisa negra sin mangas se le podían notar sus tatuajes del brazo derecho.
Era muy sexy, había que admitirlo.
—Así es, soy Simon. —dije. —A mi igual me alegra verte y también...
Justo en ese momento, mi mamá interrumpió:
—Eh, Simon, muéstrale a Andrew donde dormirá. Mientras tanto, nosotros dos nos despedimos.
Sonreí y sentí algo de pena al verlos marchar, así que caminé hacia ellos y nos dimos un abrazo grupal entre los tres.
—Te quiero, hijo. Volveremos en febrero. Adiós.
Sin nada más que agregar, se marcharon por la puerta, después me giré y brinqué del susto al ver a mi nuevo niñero parado detrás mío.
—Qué triste, ¿es primera vez que se van y te dejan solo?
Asentí.
—Pues... pues no te preocupes, ¿ok? Yo estaré aquí contigo por los próximos cuatro meses. —no sé por qué, pero me sentí extraño cuando de la nada me dio un abrazo sin que se lo pidiera. —¿Quieres comer algo? Pediré un delivery.
¿Un delivery? ¿Andrew me estaba ofreciendo comer comida chatarra? Wow, hacia mucho tiempo que no comía esas delicias de deliverys.
—Lo siento, pero mis papás solo me dejan comer eso cuando es mi cumpleaños, y mi cumpleaños fue en abril. —le aclaré tímidamente.
—Ay, pero si tu no dices nada ellos no tienen porqué enterarse. —respondió con una sonrisa y soltando una carcajada corta.
—¿De verdad?
—Sip.
—Bueno, si insistes... ¿Puedes pedir nuggest de pollo con una Coca-Cola?
—¡Claro! ¿Quieres algo más?
Negué con la cabeza.
—Osea, si tu quieres...
—No seas tímido, muchacho. Ten confianza, no más. —me dio un pequeño codazo en el cuerpo a modo de juego.
«Ok, creo que me está empezando a caer bien...»
*****
Pasó alrededor de una hora y la comida llegó por fin. Ambos nos sentamos frente a frente en el comedor, servimos la bebida y la comida.
—Cuéntame sobre ti, Simon. —me preguntó de repente mientras se llevaba una papa frita a la boca.
—¿Qué quieres saber?
—Algo sobre si. No lo sé, eh... ¿tienes amigos en donde estudias?
—Si. Afortunadamente tengo un grupo de amigas.
—Oh, que genial. ¿Y ya tienes novia? Digo porque gran parte de los adolescentes de tu edad ya tienen.
Al escuchar su pregunta no pude evitar ponerme rojo como un tomate, y no es porque no tuviese, sino que era por el tema de mi orientación sexual. Yo era gay y nadie excepto mis amigas sabían, pero no sé porque me daban ganas de contárselo a Andrew sabiendo que es un chico joven y que posiblemente me entienda.
—La verdad es que no, yo... yo soy gay.
Ví como dejaba el vaso de Coca-Cola qué estaba a punto de tomar sobre la mesa mientras sus ojos se abrían como platos.
—Perdón, no sabía.
—No te preocupes.
—¿Tus papás saben?
—No.
—Qué mál, seguro que es porque son homofobicos, ¿no? Pero no preocupes porque yo te apoyo...
—Gracias.
El resto del día fue completamente normal: Yo seguí contándole de mi a Andrew y viceversa, pasamos el día juntos y otras cosas. Ahora me arrepentía de lo que pensé en la mañana sobre que no necesitaba a un niñero... ya que fue todo lo contrario. Andrew es la persona más agradable y graciosa que pueda existir, y si me hubiese quedado solo estaría muy aburrido y mi única entretención sería ver pornogay y pajearme.
Ya en la noche, a eso de las 23:00 p.m., me fui a mi habitación con la intención de irme a dormir. Como siempre antes de acostarme siempre seguía la rutina de echarme una buena paja, así que, después de comprobar de que mi niñero estuviera en su habitación, cerré mi puerta con llave, abrí mi laptop, me metí a OnlyFans y, en vez de ver al mismo hombre de siempre, decidí buscar otro perfil. Después de una larga búsqueda encontré un perfil que me llamó demasiado la atención por el nombre y la foto.
¡Era Andrew!
Con mi corazón acelerado por el descubrimiento, le di click a uno de sus videos: En el video salía el son su polla super erecta y una cinta de medir al lado la cual marcaba los 28 centímetros... solo para después tomar un juguete de nalgas de silicona y empezar a follarselas.
¡Era mi niñero, por Dios! Pero me era imposible poder controlar la erección que se formó entre mis piernas. Así que luego hice lo que hice.
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El secreto de mi niñero
Roman d'amour¿Qué harías si descubrieras de que tu niñero tiene un perfil en OnlyFans? Pues eso me pasó a mi a las horas posteriores de haberme quedado solo en mi casa bajo la compañía de Andrew ya que mis padres decidieron tomarse unas vacaciones de cuatro mese...