Capítulo V: Acuerdo

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Simon:

A la mañana siguiente me desperté con un tremendo dolor en mi culo. El solo hecho de sentarme o levantarme de mi cama para caminar se me dificultaba mucho. Joder, lo que había ocurrido ayer con mi niñero fue jodidamente placentero e inolvidable. Todavía me costaba creer que había tenido sexo con el, y más encima sabiendo que yo tengo 17 años y el es ya mayor de edad. ¿Pedofilia? No, imposible, jajaja. Al final me metí a la ducha y me di un baño de agua caliente con la esperanza de que se me pasara el dolor de culo. Mientras me duchaba, caí en la tentación de hacerme una paja pensando en Andrew y lo que había pasado ayer.

Después me vestí, salí de mi habitación y me encontré con mi niñero en la cocina, y cuando nuestras miradas se cruzaron me puse rojo como un tomate. Y esque una cosa era follar y masturbarse pensando en el, pero después venía lo vergonzoso de verlo a la cara como si no hubiese pasado nada.

—Buenos días. —me senté frente a el tratando de no verlo a la cara, mientras agarraba un poco de huevo revuelto con la cuchara y lo echaba en el pan.

—Buenos días, gatito. —me respondió. —No te sientas avergonzado, ¿si? Ya te acostumbrarás.

El pan se me resbaló de las manos, cayendo sobre el plato. Miré a mi niñero, con mis mejillas rojas como un tomate.

—L-lo siento, Andrew. —dije. —Esque...

—No te preocupes. —me interrumpió. —Si fuera tú también sentiría lo mismo. Ahora ven aquí. —dijo palmeando una de sus piernas.

Resignado, me levanté de mi asiento, rodeé el mesón y llegué hasta Andrew y me senté sobre su pierna derecha. Tenía que admitir que volver a tenerlo así de cerca de sentía super bien.

—¿Me quieres decir algo? —pregunté mientras colocaba mi brazo en su nuca.

—Si, Simon. Quiero hablar contigo sobre lo que hicimos ayer.

Al instante mi corazón se aceleró.

—¿Hice algo malo?

—¿Qué? ¡No, claro que no, gatito! —me corrigió con una sonrisa. —Simplemente quiero preguntarte algo y... y si es posible, llegar a un acuerdo.

«¿Un acuerdo? Vaya.»

—Mira... —continuó. —Primero que todo yo quiero saber si tú te sentiste cómodo, si te sentiste bien follando conmigo porque yo quiero que seas honesto y que en el caso de que no haya sido así poder hacer algo para disculparme con vos y...

Rápidamente lo callé con un pequeño beso. Me gustaba bastante que Andrew fuera una persona tan... dulce, tan amable. Osea que apesar de ser un monstruo salvaje en la intimidad, tenía un buen corazón y se preocupaba por mi.

—No me molestó en nada. De echo, me encantó que me trataras como una puta. Ahora, ¿cuál es el acuerdo al que quieres llegar?

—Bueno, por lo que me acabas de decir, si tú no comentas con nadie sobre lo que ocurrió entre nosotros te aseguro al 100% de que esto se va a repetir.

Una sonrisa lasciva se formó en mis labios. ¿Hablaba en serio? ¿Si quería volver a follar con el simplemente tenía que quedarme callado?

—Acepto. —dije finalmente.

Mi niñero sonrió y me agarró de la cara para besarme, luego me cargó colocando mis piernas alrededor de su cintura y me llevó hasta su habitación en donde volvió a darme como cajón que no cierra por segunda vez.

*****

Ya en la noche, mientras estudiaba un poco para un examen que venía la próxima semana en mi instituto, recibí una llamada por parte de mi mamá.

—¿Hola?

—Hola, hijo. Que alegría escucharte, ¿cómo has estado tú y Andrew?

«Ufff, mamá, si supieras...»

—Hemos estado perfectamente. Pero y tú, ¿cómo les está llendo a ustedes en el Caribe?

—Uy, magnífico.

—Me alegro, mamá.

Estuvimos hablando un rato más hasta que finalmente corté la llamada y me fui a dormir.

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⏰ Última actualización: 5 days ago ⏰

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