INFIERNO (Byakuya x ti x Jugram Haschwalth)

XIII: INICIO

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Mi padre me había asegurado que en este mundo no habían más Quincys, solamente nosotros dos, los Ishida con su servidumbre y un miembro de la familia Kurosaki. Este Quincy frente a mí no parecía ser mestizo, pero tampoco parecía alguien de las familias Echt que quedaban.

"Tu poder es impuro"

Esa era la razón por la que mi padre no quería relacionarse con ninguno de los Echt, para ellos la sangre era más importante que cualquier cosa, incluso arreglaban matrimonios entre ellos para mantenerse "puros". Estábamos al borde de la extinción y ellos seguían siendo petulantes, igual que el hombre frente a mí.

La nieve empezaba a enfriarme, tenía que buscar un lugar donde pasar la noche. Me dí la vuelta y le di la espalda, caminando al lado contrario del que él estaba.

Se transportó frente a mí, estaba vez más cerca, eso me molestó, no entendía que quería de mí ¿Era un pura sangre buscando a quién poner a su servicio? Estaba parado frente a mí no me dejaba pasar, pero tampoco decía, nada, simplemente estaba ahí, escudriñandome y poniéndome incómoda. La temperatura empezaba a ser desagradable, me sentía cada vez más helada y mi piel se cubría de hormigueos.

Alcé los brazos para empujarlo, pero me agarró las muñecas con firmeza, deteniendome, traté de forcejear, sacudiéndome, pero ese Quincy tenía demasiada fuerza. Definitivamente había algo raro con él, teniéndolo tan cerca, su presión espiritual no se parecía a nada de lo que conocía, y acababa de deshacer una de mis flechas como si nada.

"Tu sangre esta mezclada con sangre humana" me dijo, aun teniendome presa de las muñecas.

"Suéltame" lo miré directamente a aquellos ojos verdes mientras seguía forcejeando, él me mantuvo la mirada un rato y al final abrió sus manos para liberarme, yo retrocedí unos pasos hacia atrás.

El Quincy entonces se desabrochó la capa blanca que tenía encima y me la arrojo, yo la atrapé por reflejo. Me di cuenta que yo temblaba de frío, pero él seguía ahí, inmutable, con pequeños copos de nieve cubriendo su cabellera rubia.

"Quédatela"

No entendía por que tenía esos sueños tan recurrentes con él, era como si quisiera meterse a mi cabeza, aunque conociendolo, no me sorprendería que hubiera encontrado la forma.

"Este mundo es corrupto"

Sentía que estaba por perder la cordura. Yo era una Quincy, no podía jugar para los dos equipos, pero a la vez, simplemente estaba descansando de todo, porque a veces llegaba a un punto donde todos me tenían harta.

A él no le gustaría esto, que yo estuviera con un alguien de la nobleza Shinigami, pero la verdad era que él y todos los idiotas del otro lado se lo merecían. Jugram era malditamente insensible y en su mayor parte, me desesperaba que quisiera analizarnos a todos, para él eramos como animales de circo.

Este mundo es corrupto

Los shinigamis son corruptos

Pero ahora no se veía como algo así, el mundo de los Shinigamis me parecía un mundo tranquilo, comparado con todo lo que yo había tenido que vivir, pero claro, ellos no sufrían de persecución, tampoco tenían que vivir escondidos. Para ellos era fácil mantener su equilibrio, en el sistema que habían creado y donde ellos estaban arriba.

Estaban acostumbrados a la paz y eso eran una gran desventaja.

Y ahora yo disfrutaba de esa paz que ellos experimentaban. Se decía que las familias nobles eran las encargadas de mantener los secretos de la Sociedad de Almas, sumidas en la hipocresía, pero Byakuya Kuchiki no parecía tener nada que ocultar, era una persona calmada que parecía estar siempre en control, pero su serenidad no parecía tener segundas intenciones; de hecho, me transmitía calma.