EFE 6: La Melodía Del Alma... 🦋 [Libro 2]

🦋 Capítulo 2 🦋

⚠️Advertencia: este capítulo puede contener contenido sensible, incluyendo descripciones gráficas de violencia, muerte y posibles desencadenantes emocionales ⚠️

Repetía en voz alta cada uno de los puntos que leía en mis notas, tratando de grabarlos en mi memoria. Sinceramente, me resultaba más sencillo estudiar de esta manera, aunque sabía que no era el método más eficaz a largo plazo. Mi objetivo era simplemente memorizar todo lo suficiente como para aprobar el examen, aunque después se me olvidaría lo que había estudiado. Pero solo necesitaba recordarlo para ese día, y eso era todo lo que me importaba.

Mis papás, como siempre, no tomaron bien la noticia de que había reprobado. Su rostro reflejó decepción y preocupación, pero no se molestaron conmigo. Sin embargo, establecieron algunas reglas claras para asegurarse de que no volviera a reprobar:

—Queremos que te concentres en tus estudios —dijo mi madre, su voz firme pero amable—. Así que desde ahora, te quedas en casa a estudiar.

Mi padre asintió en acuerdo.

—Es importante que sigas tocando en los servicios de la iglesia, así que solo saldrás para los ensayos del grupo —agregó él.

Pero luego vino la parte que no me gustó.

—Y desde ahora, tienes prohibido llegar tarde a casa —dijo mi madre, su mirada seria—. Los permisos están restringidos hasta que hayas recibido los resultados del examen.

Me sentí un poco frustrada, pero sabía que era justo. Tenía que demostrar que podía responsabilizarme de mis estudios.

Justo por eso, en este momento me encontraba en la soledad de mi habitación estudiando todo lo que podía. Rodeada de las notas dispersas por todas partes, intentando absorber cada palabra y concepto para el examen próximo. Mi mente estaba completamente enfocada en memorizar la respuesta a la pregunta que tenía frente a mí. Sin embargo, un sonido inoportuno me interrumpió, haciéndome abrir los ojos de golpe y dejar en pausa mi concentración.

Volví a cerrar los ojos, intentando ignorar el distractor y recuperar mi enfoque, pero el molesto sonidito persistió, creciendo en intensidad y haciéndome sentir cada vez más frustrada. Mi mente comenzó a divagar y las palabras se entrelazaron en un lío incomprensible.

Fue entonces cuando decidí rendirme. Dejé la hoja de papel a un lado y, con un suspiro exasperado, comencé a buscar mi iPad por las sábanas revueltas de mi cama. Finalmente, lo encontré debajo de una almohada, medio enterrado bajo la masa de ropa limpia que había olvidado doblar y guardar cuando mamá la trajo hace un par de horas.

Al abrir la pantalla, mi corazón dio un salto. La foto y nombre de la persona que llamaba me dejó sin aliento. Mi pulso se aceleró y entré en completo pánico. Peiné mi cabello despeinado con los dedos, intentando recomponerme, y acepté la llamada con movimientos torpes.