Capítulo 3

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Shinoa no estaba sola, un escuadrón completo de seguridad la rodeaba.
No solo se trataba de la seguridad de la prisión, de los oficiales en guardia o de la directora que mantenía la administración funcionando. Le seguían detrás suyo su primero en jefe; Guren, quién parecía aburrido. Si ella no lo conociera bien, aquella mirada vaga que  dedicaba a pasearse por todo el sitio podría pasar inadvertida como si no quisiera estar ahí, como si estuviera distrayéndose con el detalle más flojo con tal de no hacer su trabajo, cuando en realidad estaba buscando fugaz, oportunidades para planes a futuro o presente, probabilidades de una sorpresa indeseable y la manera de resolverlas mucho antes de que éstas siquiera sucedieran. Shinya iba detrás, escuchaba atentamente el informe que la directora de la prisión de alta seguridad, Mito Jujo, le entregaba sobre los dos criminales.

Se trataban de las bitácoras de cada uno de ellos, los escritos semanales justo después del primer año de condena se volvían monótonos, ninguno provocando algún tipo de escándalo. Naturalmente, tras la lucha de un caso sellado con la culpabilidad, venía el proceso de supervivencia y jerarquía en la prisión con aquellos que llevaban más tiempo. Después de eso, la resignación y el silencio de la espera.

Cuando Shinoa llamó a Yuichiro esta mañana para saber sobre su estado de salud -deseando que éste mejorara lo suficiente como para no sacarlo del caso, era una pieza vital para el plan- realmente pensó que no contaría con la ayuda que pedía. Pensó que no sería sencillo hacer que aceptara, que cooperara, pero se encontró con algo distinto. Yuu sonaba mejor que la noche anterior, le dijo que llegaría directamente a la recolección de Mikaela antes de que comenzara el interrogatorio pero que antes pasaría al hospital para recibir una dosis más alta de supresores para sus síntomas puesto que no quería que algo se saliera de control con su cuerpo o enfermara de pronto. Shinoa estaba sorprendida pero no podía hacer más que contar y confiar con ello.

―¿Ferid Bathory será el primero, cierto?― escuchó a Mito preguntar. La pelimorada asintió, tomaría suficiente tiempo para que Yuichiro llegara al inicio del segundo interrogatorio con la intención de poder doblegar a Mikaela; era jugar sucio pero Shinoa sabía a la perfección que Mika no los ayudaría a menos que le entregaran algo que realmente quisiera, su libertad no era un premio por ganar y el dinero tampoco lo movía de su sitio, no buscaría el reconocimiento y no podría importarle actuar por un bien común. Sus recursos serían limitados.
Aunque quería confiar en que los pocos años encarcelado le cobrarían algo de factura, que debilitarían la terquedad del rubio lo suficiente para poder negociarlo. Esperaba, solo esperaba.

La directora de la prisión los llevo por un pasillo cerrado; puertas de rejas de hierro que llegaban hasta el techo, habitaciones... o aquello similar a una, contaban cuatro camas divididas en dos literas. No existía más que un espacio para una taza, una cortina y un lavamanos. Algunas de las paredes tenían fotografías pegadas, posters o dibujos.

―Bathory, ven acá― el hombre al que llamaron estaba recostado sobre la litera superior, silbaba una canción que Shinoa no reconoció. Cuando lo atraparon -cuando Miakaela lo atrapó- el hombre llevaba el cabello corto, todo en él relucía y brillaba acorde a su personalidad; su expresión más relajada expresaba una burla hacia la autoridad, a la vida. El sujeto que bajó de un salto y se presentó frente a ellos lucía... distinto.
Seguía ese brillo depredador en su mirada y la comisura que se alzaba traviesa en su sonrisa, pero su piel lucía apagada, grisácea, el cabello que antes llevaba corto ahora estaba trenzado y caía por uno de sus hombros. El hundimiento de sus ojos y las medias lunas violetas debajo de éstos mismos eran un aspecto que los demás prisioneros tenían. Aunque Shinoa intentó no pensar en Mikaela con este aspecto, la satisfacción de ver a Ferid así de desgastado no la contuvo. Incluso la superioridad por ello.

BestiasWhere stories live. Discover now