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El león quiso nuevamente zafarse del agarré de Checo, pero era en vano. El chico podía parecer pequeño y frágil, pero era muy pesado cuando se lo proponía.
Pérez termino de quitar la venda que cubría la herida del león y comenzó a desinfectarlo, obviamente el gatote estaba tentado a enterrar sus garras en el trasero de Checo, porque vamos, mataría dos pájaros de un tiro, descartaría el dolor que está sintiendo y por fin sabría si sus glúteos eran tan suaves como parecían a simple vista. Estuvo a punto de hacerlo, sin embargo, caricias llegaron tras sus orejas y eso fue todo para que el león se relajara sobre el sofá.

Maldito humano. Pensó Max ante las caricias de Checo bajo su oreja.

-Aww, el gatote está ronroneando-Mencionó Checo suavemente.

Y tenía razón... Max estaba actuando como un gatito de sala.

-Listo, te has puesto una nueva venda-Checo palmeo suavemente el costado del león, haciendo un grave eco. -Más te vale que no andes de curioso mordisqueándola.

Checo, le dió la espalda, tomo el maletín donde guardaba las vendas y otras cosas más para sanar la herida de cierto gato gruñón que ahora estaba recostado en el sofá.

Habían pasado exactamente cuatro días desde que esa criatura híbrida invadió su hogar y prácticamente de su sofá. Checo poco a poco se fue acostumbrando a su presencia, tanto al gatote de sala, como al caliente hombre en el que se convertía. La tarde era muy fría, y aquella cabaña no ayudaba para nada, Checo comenzaba a temblar de frío mientras veía el televisor, aclarando que solo tenía un pedazo donde sentarse en el sofá puesto que el feo león ocupaba todo el gran espacio.

-Hace frío...-Se quejó el pelinegro frotando sus brazos para obtener un poco de calor.

El león lo observaba con sus preciosos ojos naranjas sin moverse de su lugar. Checo era tan pequeño como vulnerable, aunque Max sabía que esa capa de "chico fuerte" era falsa ya que lo había visto todo meloso cuando él se restregaba contra él en busca de esas caricias tras sus orejas.
Ronroneó y con toda la pereza del mundo, atrapó con sus dientes la camisa de Checo, jaloneandolo hasta recortarlo a su lado. Pérez estaba confundido, el león pasó una pata sobre él, como si lo estuviera abrazando y el calor llegó al pelinegro gracias al pelaje suave de Max.

-Después de todo tienes corazón, gatote-Murmuro Checo acomodando su cabeza en el pelaje del león.

Max gruño en respuesta y cerró sus ojos, dispuesto a dormirse con el humano miedoso acurrucado contra él.

Checo estuvo mirando al león unos minutos eternos, sus manos acariciando el pelaje color bronce hasta llegar a su larga y desordenada melena con tonos rubios, era precioso, claro que lo era... ¿Y su lado humano? Ufff Para chuparse los de... ¡Controlarte, Sergio Pérez! Se quejó mentalmente.

Aunque la relación de Max y Checo era algo así como: "Gato idiota ¡Ese es mi sofá!" , "Oh ¡El humano fuerte se asustó con un trueno!" , "¡Cállate león estúpido!" No sé quejaba, Checo realmente apreciaba tener compañía en su solitaria casa en medio de la nada, por más raro que suene ¿El león se acostumbro a él, como Checo de Verstappen?

Muchas tensiones en la cabeza, Checo es hora de dormir. Pensó antes de entregarse a los brazos de Morfeo, durmiendo por completo.

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Checo abrió lentamente sus ojos, se sentía cansado, odiaba su reloj biológico por despertarle tan temprano. Tallo sus ojos con sus puños y lo primero que vió fue el rostro de Max plácidamente dormido, sus fuertes brazos lo rodeaban protectoramente, Checo se sonrojó rápidamente ¡El chico/león ardiente lo estaba abrazando y no parecía querer soltarlo a pesar de estar dormido!

León Mimado [Chestappen]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora