Era una mañana tranquilas, Everan no desearía una mañana más hermosa como esa llena de paz. En un apartamento pequeño de un edificio departamental se veía la figura de un joven que parecía casi no haber dormido mucho, de mala gana tubo que apagar su despertador para comenzar su día. Ya empezaba a extrañar los días en que no tenía necesariamente despertar tan temprano. Aun regaña diente se levantó y empezó a preparase para asistir a su instituto.
-Meow- Mauchaba el gato en un tono adorable para engatusar a su dueño y que le diera de comer.
-Tranquilo Akio, ya te lo voy a llenar todo para hoy y de paso no molestes al vecino es irritante tener que lidiar con él- dijo el chico en todo molesto mientras rellenaba su plato de comida de su mascota y agua para la sed –Pero si le dejas un regalito por mie está bien- afirmo el joven con una sonrisa pícara en el rostro a lo que se mascota se expresó de la misma manera -En fin, me tengo que ir, cuídate Akio- luego de esas palabras el chico se retiró del lugar.
Una cosa era seguro, ir de su departamento hacia el instituto era un martirio, tener que llegar a tiempo a la estación de tren, tener que pasar por calles concurridas, para luego tener que caminar toda una mazana hasta llegar al lugar de estudio.
-(Eso fue agotador)- pensó el joven mientras entraba por el gran portón, nada inusual pasaba todo trascurría con normalidad hasta que escucho varios gritos por detrás que en realidad parecían chillidos.
Miro hacia atrás para saber la causa y se quedó decepcionado al ver el rostro familiar de Daliec saliendo de su auto con el chofer abriéndole la puerta, y un montón de gente rodeándolo.
-(Más parece a una celebridad que un estudiante)- pensó el chico mientras aceleraba el paso para entrar de una vez y que esa multitud no lo arrastrara.
En su camino no se percata que accidentalmente choco con alguien que intento no expresarse molesto y rápidamente se disculpó –Lo lamento, ¿se encuentra bien? – Miro un poco hacia arriba para ver a un chico más alto que el con un cabello castaños anaranjado y unos ojos azules apagados, era el mismísimo Darío que lo veía con molestia.
-Hey tú! ¡¿Porque crj no te fijas por dónde vas?! ¿Que acaso no vez? –dijo en un tono molesto mientras se acercaba a él
-(No quiero problemas ahora, estoy demasiado cansado como para lidiar con esta clase se gente ahora...en especial con el) Eh lo siento mucho de nuevo, me fijare mejor a la próxima- Antes de que pudiera continuar unos dedos le dieron una chasqueada que le golpeo la frente que lamentablemente le dolió.
-Ja se nota que miraras mejor, consíguete otros lentes idiota a ver si con suerte vez mejor a la próxima-dijo de una manera arrogante el chico mientras se iba hacia la entrada del instituto
-(Que hijo de su- bueno de todos modos no tengo tiempo para esto)- mientras pensaba eso se sobaba en la parte lastimada –(Bastante bien para un joven que aún es un aspirante a héroe)-
Sabía muy bien quien era Darío Bachelet, un joven prometedor para convertirse en un gran héroe. Lamentablemente por una "situación", no puede avanzar como los demás aspirantes.
-(Es una lástima, pero seguro que avanzara más rápido con estas acciones)- mientras pensaba eso ya iba entrando a su aula y sentándose en su lugar correspondiente y mirando que al lado el chico de cabello decolorado medio dormido –(Lo entiendo completamente, yo también quisiera dormirme ahora)
Mientras el chico pensaba eso alguien toco su hombro y al darse la vuelta vio a su amiga que lo saludaba con una sonrisa-
-Holi Kel, que tal tu mañana? ...no dormiste verdad? -afirmo la chica con un aspecto serio –vamos Kel no debes desvelarte, apenas es tu segundo día-
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No soy un héroe (Bl)
AksiEnvarad la ciudad toda clásica de superheroes, donde todo es ''armonía'' la gente aprecia a los héroes, ellos hacen su trabajo y se siente a salvo de su resguardo y creen que con los héroes serán siempre el bien y los villanos el mal...pero que pasa...