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↳ Be adapted ↲

Yuuji subía los escalones con las piernas temblando y el corazón en la boca. Iba hacia la casa de Satoru.

¡Había recibido una llamada de él! Pensó que iba a morir de la emoción, aún sigue vivo, pero no por mucho o eso creé, era domingo, el sol brillaba en lo más alto, resplandeciente.

Se supone que era su día libre, y la guardería ese día cerraba temprano, Satoru  le había pedido el mismo, por el celular, que fuera a su hogar y cuidara de su hijo.

Se suponía también, que Satoru pasaba los domingos con su pequeño, pero había recibido una llamada para algo importante en la empresa.
Por eso tenía que salir y no podía dejar a su cachorro solo.

Estaba halagado, pues que fuera la primera persona en ser llamada por él para que cuidara de su pequeño mostraba que confiaba en él, Satoru le había dicho que le iba a recompensar después.

Decir que no estaba algo ansioso por eso sería mentira.

Ahora estaba al frente de la casa, tragó saliva fuertemente, con su mano temblorosa tocó el timbre.

Esperó unos segundos antes de que la puerta se abriera, era Satoru y tenía su traje a medio arreglar.

-¡Yuuji, me alegra que llegarás tan rápido! -El alfa le dejó de lado para que pudiera entrar.

-Megumi está durmiendo su siesta en el segundo cuarto por el pasillo, también es mi cuarto pero eso no importa, hay papilla en la nevera y unos biberones ya arreglados, cualquier cosa me llamas -Satoru terminaba de arreglar su traje mientras hablaba, recogió sus llaves y salió por el pasillo hacia la puerta, Yuuji miró un maletín sobre una silla, lo tomó y fue tras el.

-¿Esto no es importante? -Satoru se estaba arreglando los zapatos en la entrada, volteó para verlo y le sonrió.

-Si, gracias Yuuji -Esperó a que estuviera de pié para poder darle el maletín, Satoru lo tomó pero también, pasó una mano atrás de su cuello y lo atrajo hacia él para darle un beso en la frente-. Vuelvo a las nueve, lo prometo.

El alfa salió, dejándolo allí en el pasillo con su rostro rojo y su corazón latiendo fuerte en su pecho, la misma sensación cálida de antes se instaló en su estómago.

Volvió despacio por el pasillo, caminó hasta donde estaba el pequeño Megumi abrió la puerta despacio, casi cae al suelo, el aroma del alfa era mucho más fuerte allí.

-Oh, joder -Jadeó, por suerte el pequeño Megumi dormía tranquilo y no lo vería tan vulnerable, caminó hasta la cama y tomó una de las almohadas para pegarla a su rostro-. Es tan bueno..

Momentos después se dió cuenta de lo que hacía, sacudió su cabeza y dejó la almohada en su lugar, fue hasta la cuna en donde dormía el pequeño, era adorable ver como se chupaba un dedo mientras estaba entre sueños.

-Cosita preciosa -Acarició su cabello con cariño, Megumi arrugó su pequeña nariz y fue abriendo los ojos poco a poco, fijó su mirada negruzca en él-: Perdón por despertarte, si quieres puedes seguir durmiendo.

Susurró, pero el pequeño tenía otros planes, ahora estaba completamente despierto y sentado en su cuna, estirando sus bracitos hacia el.

-¡Ba-ba! -Exclamó con una sonrisa y el pelirosa sabía lo que quería, lo cargó poniéndolo sobre su hombro, Megumi acercó su rostro a su cuello aspirando Yuuji solo lo siguió acariciando, salió del cuarto cerrando la puerta tras él, fue a la sala y tomó asiento en un cómodo sofá, miró que en la mesita había unas hojas y crayones.

LITTLE MOTHER! ❀┆ɢᴏʏᴜᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora