Dios no olvida

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Pero ,mi amor,es imposible.este año no podremos dar el sueldo de una semana como ofrenda para la semana de sacrificio".
Muchos motivos me impulsaban a dirigirle estas palabras a mi esposo. Esperábamos el nacimiento de nuestro hijo en no menos de tres semanas y aún me faltaba comprar muchas cosas esenciales para el niño. Por otra parte,nuestra reserva de alimentos empezaba s escasesr. El sueldo de mi esposo, en su cantidad de joven ministro de la iglesia adventista en suecia, no era muy alto y por lo general apenas podíamos sobrevivir hasta el final de cada mes.
Y llego la mañana señalada para recoger la ofrenda y yo, sentada en la iglecia , comencé a discutir con el señor. Una voz me decía: " Prueba me;no te desamparare". Pero esto no era lo que yo quería oír . Estaba decidida -- no podríamos dar esa ofrenda. Nuevamente escuche la voz: "prueba al señor" , y nuevamente dije ! NO!, por ahora no. Mi esposo conocía mi decisión. Mientras yo descutia así con el señor , llegaron los diáconos con el platillo de la ofrenda. Cuando vi que se acercaban al banco donde yo estaba, escuche nuevamente la voz que me decia: " PRUEBAME". Con verdadera molestia y maquinalmente saque setenta kronor( dinero) de mi cartera y las coloque en el platillo.

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