16. Ella volvió

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La semana de regreso a clases siempre era difícil, adaptarse a los nuevos horarios y a la rutina, y al parecer Crowley seguía igual, aunque no le quiso contar quién es la persona de la que hablaban, se veía molesto cada vez que lo mencionaba, no quería pensar demasiado aunque era inevitable, quería dejarlo pasar, hasta que estuviera listo y no pudo.

—¿Es una ex novia?

—¿De qué hablas?

—La mujer de la que habló tu hermana, ¿es tu ex o algo así?

—Oh, no, ángel. No lo es, te lo prometo, por favor mírame, no dudes de lo que siento por ti. Solo existes tú.

Las palabras y su mirada fue suficiente para convencerse del cariño que le profesaba, aunque aún tenia la duda sobre lo que estaba pasando.




El viernes salieron con los amigos de Crowley, incluidos su hermana y Gabriel, todos notaron lo animado que estaba el pelirrojo, aún después de la noticia que le había dado su hermana, tomó un poco más de lo normal pero no como en el pasado.

Cuando llegaron a casa se comieron a besos, de alguna forma Aziraphale se sentía más integrado a la vida de Clowley y él siempre le mostraba lo feliz que se sentía de tenerlo a su lado, estar en un lugar público tomados de la mano y besándose lo hizo sentir especial.

Subieron a la habitación de Crowley y se empezaron a quitar la ropa, sus intenciones íntimas avanzaban a pequeños pasos. Esa noche, Aziraphale se atrevió a tocar la entrepierna de Clowley, sentirlo y estimularlo, Crowley hizo lo mismo, ambos tocando al otro entre besos, hasta que llegaron al orgasmo casi al mismo tiempo. No dijeron nada, sus sonrisas lo delataban todo.



El siguiente viernes fueron a Londres, querían comprar algunas cosas para las clases, mientras comían un helado en el área de comedor del centro comercial, una mujer alta, de cabello muy negro, con ropa elegante se les acercó y se sentó en su mesa, frente a ellos.

-Hola Anthony -el aludido se tensó de inmediato- acaso no planea saludar a tu madre.

-Tú no eres mi madre.

-¿Clowley, qué pasa? —pregunto Aziraphale ante la voz y la actitud del pelirrojo.

-¿Quién es esta hermosa criatura? soy Diane, madre de este niño.

-No soy un niño y no le hables a él, márchate.

-¿Porqué eres tan grosero con tu madre Anthony? ¿qué va a pensar tu amigo?

-Tú no eres mi madre, si a alguien puedo llamar madre es a Belz, ella me cuidó cuando estuve enfermo, cuando tuve pesadillas, cuando no entendía la tarea, cuando tuve que pagar la universidad, ella lo sacrificó todo por mí, así que no te atrevas a llamarte mi madre.

-Por favor, solo son un par de chiquillos caprichosos.

-¿Qué haces aquí? ¿Por qué volviste? ¿te acabaste el dinero a tus novios?

-Eso no es de tu convivencia, pero no, tengo lo que necesito, solo quería ver a mis hijos.

-Déjanos en paz, no te necesitamos antes y no te necesitamos ahora.

-Anthony, ¿por qué sales de casa sin gafas? déjame comprarte unas, vi una tienda en el primer piso.

-No necesito gafas.

-La gente te está viendo, llamas mucho la atención con ese pelo rojo y esos ojos. No, no puedo permitir eso.

-Sus ojos son perfectos -intervinó por fin Aziraphale- no necesita cubrirlos, si nos disculpa, nos vamos -tomó la mano de su novio y se lo llevó.

Cuando estuvieron en el auto, Aziraphale le preguntó si quería hablar sobre eso, él se negó, no se sentía ni listo, ni lo suficientemente cuerdo, la verdad es que estaba muy molesto pero no quería admitirlo, no frente a su pequeño Ángel.

Aziraphale estaba preocupado, ahora entendía mejor por qué Belz estaba tan alterada y porque Crowley reaccionó de la forma que lo hizo, solo le bastaron unos minutos para descubrir que todo podría ir fatal. Decidió escribir a los amigos de Crowley para avisarles lo que había pasado, ellos se encargarían de decírselo a su hermana.

Al siguiente día, todo el grupo de Crowley y él salieron a cenar, estaban sorprendidos al ver que, después del encuentro con su madre él no se veía afectado, no estaba tomando de más, ni se veía irritable, se sentían muy aliviados por la presencia de Aziraphale en la vida de su amigo, notaban la forma en que se miraban, lo cariñoso que era con él y sus sonrisas, pero la felicidad no les duró mucho cuando Belz hablo lo que le carcomía.

-Ya sé por qué volvió -todos los amigos estaban de vuelta en la sala de Crowley.

-¿Quién? ¿de quién hablas? —preguntó Hastur.

-La dama, ya sé por qué volvió, vino a verme al trabajo, dijo que necesitaba dinero, supo que me casé con Gabriel y tomó un maldito avión para pedirme dinero —la mujer estaba muy molesta, parecía que si la miraban los convertiría en piedra.

Gabriel la tenía de la mano y Crowley fue directo a abrazarla, cuando estuvieron abrazados ella se rompió y lloró.

-Hablaré con ella.

-¡Claro que no! ella no merece más palabras nuestras, ya no.

-Creo que ella tiene razón, querido.

-¡No! Ella no puede volver y hacerle daño a mi hermanita, sé que ella no me soporta, pero Belz jamás le hizo nada, era su vivo retrato, era la hija perfecta, la hija modelo y no tiene derecho a herirla.

-Porque no esperamos a mañana y vemos cómo te sientes y como va todo —comento Aziraphale.

-Bien -dijo después de un momento- pero necesito hablar con Belz -y salieron al jardín para charlar.

Clowley no le contó lo que platicaron o como se sentía con todo lo que estaba pasando, solo se acurrucó en sus brazos hasta que se quedaron dormidos.

Cuándo Aziraphale se despertó al otro día estaba solo, buscó a su novio en casa, llamó a sus amigos, vio que el auto no estaba afuera, nadie sabía nada de él. Aziraphale estaba muy preocupado por su paradero, pero estaba aún más preocupado por el lugar en el que él sospechaba que estaba y lo que eso significaba.

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Gracias por sus comentarios y sus apuestas 🤭, será un día complicado así que aquí les dejo el capítulo y que su día sea mejor que el mío 😉

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⏰ Última actualización: 7 hours ago ⏰

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