De la vida se puede esperar todo: rupturas, engaños, Dolores, amores, sueños, anhelos, golpes, etc. Pero, ¿Alguna vez pensamos en la locura? Hoy voy a contarles una historia de una muchacha que perdió la cabeza al ser consumida por la locura, por las voces. Cuando ella era una adolescente, sufría trastornos en la mente. Desde niña hablaba sola por su soledad, no se llevaba bien con la gente por su excesiva imaginación. Pues, sus padres ni le tomaban importancia, así que era ella y su imaginación contra el mundo. Lo gracioso es cuando llegó a la adolescencia, pues, aquella imaginación subió a un nivel máximo. Empezaba a escuchar voces, voces que no hacia caso hasta que la llevó a un punto de fragilidad en su cordura. Las "voces" le decían que hacer y que no, se dejó llevar por aquellas indicaciones. Hasta que un día, se pasó de la raya. Discutía con su madre, pues aquella mujer que le dió la vida sólo la insultó y maldijo el día de su nacimiento. Aquella chica se lanzó ante su creadora, y sin escuchar sus gritos... Cumplió con lo mandado, lo mandado por las "voces". Reventó los ojos de su madre mientras la estrangulaba con un cable, y cuando el último aliento de su creadora salió, ella sólo pudo reírse de aquel cometido. Sentía que las voces la felicitaban, era "libre", o eso pensaba... Con las manos ensangrentadas se tocó el rostro, e imaginó las caricias de su madre por última vez... Tiempo después aquella muchacha fue a ver a su padre, con una sonrisa en la cara; una sonrisa maliciosa, una sonrisa cruel. Mientras hablaba con su padre, ella entre lágrimas confesó que "mataron" a su madre; el ingenuo padre fue a por paños, sin saber que la muchacha lo agarraría desprevenido clavándole el cuchillo guardado en su bolso. De todas las personas, nunca había pensado eso de ella. Después de todo, habían planeado un futuro juntos, uno donde ella era "perfecta". La adolescente se lanzaba ante él, clavaba el cuchillo por la cabeza, por la espalda; hasta abrir su interior. Ella reía, lloraba, y se estremecía entre su acto. Entonces su mente le dijo «prueba», y arrancó una parte de la piel de aquel muerto. Su curiosidad era tan grande que lo probó estando cruda, tragando la carne del difunto. Se levantaba para ir hacia su siguiente víctima, a quien apreciaba tanto... Después de tanto tiempo, había logrado su objetivo. Tenía guardado el corazón de su lindo hermano, se lo había arrancado para tenerlo siempre a su lado; protegerlo y llevarlo consigo para siempre. Por otro lado, ella se mudó del país, su mente retorcida seguía dominando todo su ser. Todo lo veía como un juego, jugaba con sus amigos, compañeros y personas; con la cual siempre terminaba hecha de sangre. Entonces, queridos alumnos. ¿Les gustó el juego de hace rato? Sonrío después de haber hecho el asesinato.
