7.El girasol y el jardinero

0 0 0
                                    

El amor puede llegar a ser un lazo más que fuerte, una unión única y sagrada entre dos personas. Puede conseguir cambiar corazones y mentes, a bien como para mal. Nos da un motivo por el cual seguir adelante sin rendirse, todo para estar junto a esa persona especial. Pero también puede llegar a ser cruel y despiadada, todo con tal de amar. El amor es delicado, porque puede cambiar a la gente, puede controlarla si no tienes cuidado. Entonces, veremos el amor de dos jóvenes conocidos como: El girasol, o, Samara; muchacha delicada y frágil, encantadora y de bondad grande. Linda jovencita de corazón humilde, pasó por situaciones difíciles; abandono y rechazos. Pero sonreía con todo el brillo en sus ojos, reflejando cariño y ternura ante los demás. Y el jardinero, Artur; muchacho de corazón frío pero cariñoso. Hombre que amaba tan lindo, pero arruinado por la vida acabando con esa lindura en su corazón, hasta ser una persona insegura y desconfiada. El girasol conoció a su jardinero, viviendo juntos después de años de conocerse y ser unidos por el amor. El lindo girasol, colocado en una jaula del florero llamado hogar, arrancada del campo llamado familia; y todo para estar con su jardinero. Años después, de tantas vivencias, juntos Samara y Artur; el dolor se veía aproximar. La dulce muchacha atrapada estaba, encerrada en la casa por su protección. El jardinero la cuidaba, para el era su tesoro más apreciado; su único motivo por estar vivo. La cuida con todo su corazón, pero la lastima. Samara, callada y obediente; Artur, se va a ver a otras flores, ocasionando inseguridad en el pobre girasol. Poco a poco cada acción va lastimando a la pobre y frágil muchacha callada, hasta el punto de morir por dentro.

—Se parece mucho a tí.

—Sí...

Después de todo, el girasol tenía miedo de perderlo, de ser abandonada y rechazada. Pero la pobre girasol llora en las noches, viendo como su jardinero la calla por tanto estrés; hasta que su voz desaparece. Artur, culpable de su tristeza, se siente mal por ocasionarle todo ese dolor; pero repitiendo lo sucedido. Llendo a ver a otras flores, dejándola encerrada en el florero, con el pensamiento de cuidarla y tenerla para él.

—Lo siento...

Se disculpa el jardinero todas las noches que la calmaba, limpiando sus lágrimas y la acariciaba con todo el amor que le tiene. Poco a poco se siente más culpable de estar matando al pobre girasol, viendo que su sonrisa, sus sueños, su brillo desaparece. Pero después de todo, no se arrepiente de haberla arrancado del campo con tan sólo de tenerla a su lado... Samara, con el dolor en el pecho lo seguía abrazando. Lo ama tanto hasta callar, pero quiere huir de aquel florero. Ella poco a poco va muriendo en el interior, pues sus emociones la van matando; hasta empezar a tener enfermedades. Jardinero cruel pero cariñoso, sabiendo su destino, la tiene entre sus garras. Para estos dos jóvenes, el amor fue su perdición. Amando hasta un punto cruel y doloroso, aguantando y culpando, guardando y protegiendo hasta ser egoísta. Pobre girasol, está atrapada para siempre; y cuando se dió cuenta, no podía escapar.

—Esto no es amor...

—Pero estaremos juntos, mi cielo...

«Juntos por toda la eternidad»

Pequeñas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora