4.Habla contigo

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Admito que al principio era una persona muy negativa, me insultaba y despreciaba cuando cometía un error. No me permitía sentir emociones negativas, aunque la mayoría de las veces lo hacía. Mis miedos y forma de actuar hicieron que pierda lo que más amaba, que casi me pierda a mí. Un tiempo estuve escribiéndole a un diario, hablando como si fuera esa persona; pero, casi llegué a perder la cordura. Decidí soltar y dejar de hacerlo, en vez de depender de alguien quise depender de mí. Me miré a un espejo y empecé a hablar, conmigo. Me decía palabras positivas y buenas, intentaba decirme que nada era mi culpa y que todo pasaba por algo. Busqué las maneras de no ofenderme a mi mismo, empecé a ya no autolesionarme. Aunque al principio no fue sencillo, me siento mejor ahora. Puede que hablar contigo suena ridículo en algunos aspectos, pero puede ayudarte bastante. En mi caso, cada vez que me sentía mal yo era el que me subía el ánimo. Por otro lado, puede que a veces las emociones me ganen; pero hablando contigo y diciéndote todo lo que quisieras escuchar de alguien, también te ayudará a sentirte mejor.

Habla contigo y quiérete como sos, que eres el/la único/a que te levantará de lo peor.

Pequeñas palabrasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora