Capítulo 3

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Toqué la puerta de la habitación de mi hermana con una sensación de desasosiego. La ligera esperanza de encontrarla ahí para compartir mi angustia se desvaneció al no recibir respuesta. Supuse que estaría fuera del castillo, quizás en la feria o buscando un par de flores en el bosque cercano. A Luthien siempre le han fascinado las flores, su amor por ellas es casi tan profundo como el mío por ella.

Recuerdo cuántas veces la he visto regresar con una cesta llena de pequeños tesoros de la naturaleza, sus ojos brillando con una mezcla de alegría y concentración. Había algo mágico en cómo esas flores se convertían en parte de sus dibujos, transformándose en imágenes llenas de vida y color. Luthien siempre decía que, si no estuviéramos confinadas en este castillo, habría sido una gran artesana, un genio del arte. Y yo, por mi parte, nunca he dejado de admirar su talento. Su habilidad para capturar la esencia de la naturaleza en sus bocetos es, para mí, un verdadero don.

Pero mientras pensaba en eso, una preocupación creciente me asfixiaba. Nuestro padre siempre ha sido tan rígido y controlador, reprimiendocada una de nuestras aspiraciones y deseos. Me duele imaginar que Luthien, consu espíritu vibrante y su creatividad inigualable, pueda perderse entre lassombras del castillo, olvidando lo que realmente la hace brillar.

Temo que su pasión por el arte, esa llama que ella misma avivaba con tanto amor, se apague lentamente bajo el peso de las expectativas y las reglas que nuestro padre ha impuesto sobre nosotras. Su talento es como una flor rara que lucha por florecer en un entorno hostil.

Finalmente decidí entrar a la habitación. La puerta chirrió suavemente al abrirse, y un débil aroma a lavanda, proveniente de sus saquitosde flores secas, me recibió. El ambiente estaba impregnado de una calma que contrastaba con el torbellino de emociones que sentía en mi interior. Mis ojos se posaron en la mesita de noche de Luthien. Nunca me había detenido aexaminarla detenidamente, pero algo en su desorden parecía llamarme. Decidí investigar un poco, aunque siempre había considerado esos documentos como algo trivial. Sin embargo, con las recientes revelaciones y mi creciente inquietud, sentí que quizás había algo importante que no debía ignorar.

Entre los papeles desordenados, noté algunos documentos que parecían tener varios años. Los bordes estaban ligeramente desgastados y las manchas en el papel hablaban de un pasado lejano. Lo que realmente llamó mi atención fueron los mapas y los dibujos. Uno de los papeles mostraba un lago, detallado con un nivel deprecisión que no podía ser casual. Junto al lago había inscripciones en unaescritura antigua que no pude identificar de inmediato. Sin embargo, lo que realmente me sorprendió fue la mención de otro reino, un lugar que parecía estar lleno de misterios.

Luthien siempre mencionaba que estos documentos aparecían en su habitación de la nada, o que los encontraba durante sus paseos en el bosque. A menudo pensaba que ella simplemente estaba sumergida en fantasías, pero ahora, viendo esos papeles con mis propios ojos, la curiosidad me invadió. Era casi imposible que Luthien cree estos documentos, es muy poco probable que consiga un sello.

Mis manos temblaban levemente mientras hojeaba los documentos, intentando comprender la información que contenían. Había descripciones de eventos extraños, relatos de viajeros que afirmaban haber visto cosas inexplicables, y dibujos de seres que parecían salidos de un sueño. Aunque mi mente era escéptica, algo en mi interior me decía que debía explorar más. Si no les daba una oportunidad a estos documentos, estaba corriendo el riesgo de convertirme en alguien que cerraba los ojos a lo desconocido, alguien tan cerrado y rígido como mi padre. Con la mente llena de preguntas, me levanté de la silla y salí de la habitación. tal vez tuviera la suerte de encontrar a Luthien por casualidad, si es que no estaba demasiado lejos. Necesitaba encontrarla lo antes posible, teníamos que hablar urgente de lo que estaba sucediendo.

Un latido puede encadenarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora