𔘓 𓍢 ๋࣭ CAP 1: no soñar es acabar ˑ ִֶָ 𓂃

514 19 0
                                    


El motor del elegante coche de lujo zumbaba suavemente mientras Lyle Menéndez giraba el volante con una mano, la otra apoyada con despreocupación sobre el marco de la ventana. “Don’t Dream It’s Over” de Crowded House llenaba el aire, y no podía evitar sonreír mientras me dejaba llevar por la melodía. La tarde era perfecta, con el sol brillando y un cielo azul despejado, todo lo que necesitábamos para escapar de las presiones del mundo que nos rodeaba.

Sentada en el asiento del copiloto, miraba a Lyle con admiración y una pizca de frustración. Su cabello oscuro caía desordenadamente sobre su frente, y la luz de la tarde iluminaba su rostro con un brillo que parecía decir: “Tengo todo bajo control”. Era el tipo de persona que siempre sabía cómo hacer que los demás se sintieran cómodos y felices, pero su arrogancia y orgullo a veces eran difíciles de ignorar. “Chico de papi” era un término que le encajaba perfectamente, pero a pesar de eso, había algo en él que me atraía.

Erik, en la parte de atrás, estaba completamente metido en el momento. “¡Vamos, Lyle! ¡Acelera!”, gritó, su voz llena de entusiasmo mientras hacía palmas al compás de la música. La risa de Erik resonaba en el coche, y el ambiente era ligero, lleno de promesas y buenos momentos. Lyle sonrió con esa confianza que parecía emanar de cada poro de su ser y apretó el acelerador, el coche avanzando con más velocidad.

“No me hagas correr demasiado, hermano”, respondió Lyle con un guiño, como si tuviera el mundo a sus pies. “No quiero que este viaje termine tan pronto.” A medida que el viento soplaba a través de las ventanillas abiertas, podía sentir cómo el aire fresco me envolvía, llevándose mis preocupaciones junto con él. Sin embargo, esa misma confianza que irradiaba Lyle me dejaba con una sensación ambigua; me hacía sentir viva, pero también me recordaba su egoísmo.

La carretera se extendía frente a nosotros, y por un momento, el mundo parecía ser nuestro. Disfrutábamos de la libertad y del momento, mientras yo, con mi largo y rizado cabello café claro que caía en cascada sobre mis hombros, me dejaba llevar por el instante, sabiendo que el tiempo con ellos era valioso.

Me uní a la canción, cantando a coro con Lyle y Erik. “Hey now, don’t dream it’s over…” Las palabras resonaban en el interior del coche, cada nota un recordatorio de que, a pesar de las circunstancias que enfrentábamos, había momentos de pura felicidad que podíamos atesorar. La música nos envolvía, llenando el espacio con una energía vibrante, mientras nuestras risas se mezclaban con el sonido del motor.

Mientras cantábamos, me dejé llevar por el momento. El sol brillaba intensamente, y el viento soplaba suavemente a través de la ventanilla, dándome una sensación de libertad que rara vez experimentaba. Pero en el fondo de mi mente, sabía que cada instante de felicidad se sentía como un regalo, porque nada duraría para siempre.

Erik interrumpió mis pensamientos con una pregunta: “¿Qué tal si hacemos una parada y conseguimos algo de comer? Estoy muerto de hambre y esos nachos de la cafetería de la playa son legendarios.”

Lyle lanzó una mirada traviesa hacia mí. “¿Te suena bien, Rebeca?” Su voz era suave, pero había un matiz de desafío en su tono, como si esperara que aceptara cualquier cosa que él propusiera.

“¡Me parece perfecto!”, respondí, sintiendo que la emoción de la aventura me envolvía. En ese momento, nada podía arruinar la alegría que compartíamos. Era el tipo de días que uno deseaba que nunca terminaran.

Mientras Lyle giraba el volante para tomar la salida hacia la cafetería, mis pensamientos vagaron por la conexión especial que compartía con ambos hermanos. Era muy cercana a ellos, una amiga leal que se sentía como parte de su familia. Pero a menudo me encontraba atrapada entre la atracción hacia Lyle y su arrogancia. Había algo en él que me hacía sentir viva, pero su actitud de “todo lo puedo” era a veces difícil de manejar.

˖ 𓏲࣪ bajo el sol de beverly hills 𔘓 x lyle menendez ᵎ ˖࣪ ♥︎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora