𔘓 𓍢 ๋࣭ CAP 8: confesiones ˑ ִֶָ 𓂃

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Era una noche fría cuando llegamos a la casa de los hermanos. El silencio en el auto había sido abrumador durante todo el trayecto. Nadie se atrevía a decir una palabra. El peso de lo que había pasado antes en el consultorio seguía en el aire, pero yo solo quería llegar y que Lyle me explicara de una vez qué era lo que tenía que contarme. El ambiente se sentía denso y cargado, y mi corazón no dejaba de latir rápido, una mezcla de ansiedad y miedo.

Cuando al fin llegamos, nos bajamos del coche sin decir nada. Lyle caminaba con pasos apresurados y serios. Erik parecía estar aún más inquieto. Nos guió hacia su habitación, y en cuanto entramos, Lyle nos dijo que nos sentáramos. Yo me senté en la cama, mientras ellos se colocaron frente a mí. Sus miradas, llenas de tristeza y preocupación, me helaban. Sabía que algo grave venía.

Rebeca, antes de que te contemos esto… tienes que prometer que, pase lo que pase, no nos vas a delatar. Que nos vas a apoyar, que vas a entender la razón por la que lo hicimos —comenzó Lyle con voz seria.

Lo miré directamente a los ojos. Estaba asustada, pero una parte de mí sabía lo que se avecinaba.

Lo prometo —le dije, aunque no estaba completamente segura de lo que estaba prometiendo—. Siempre estaré para ustedes, Lyle. Los amo mucho.

Sentí cómo mi corazón latía con fuerza. Ya no había vuelta atrás. Lyle me miró un momento antes de comenzar a hablar.

Rebeca… —dijo en un tono mucho más suave—, esto no es fácil de decirte, pero ya lo sabes. Mi padre nos… abusaba. Tanto a Erik como a mí, durante años. Nos golpeaba, nos humillaba y nos controlaba. Nos obligaba a hacer cosas que no queríamos hacer, y nuestra madre… ella no hizo nada para detenerlo.

Me quedé sin palabras. Sabía que la situación familiar de los Menéndez había sido complicada, pero escuchar los detalles así, tan de frente, me dejó helada. Lyle seguía contando, hablando sobre los abusos, las armas que su madre tenía, las amenazas que recibieron si alguna vez contaban lo que estaba pasando. La tensión en la habitación crecía con cada palabra que pronunciaba. Entonces Erik habló, con la voz quebrada.

Yo escribí una novela… sobre un asesinato. Era sobre mis padres. Me inspiré en una película… y lo hablé con Lyle. Así fue como lo planeamos —su voz temblaba mientras lo confesaba—. La noche que te llamamos, Rebeca, fue cuando lo hicimos.

Mi mente se quedó en blanco. Sentí como si todo mi mundo se estuviera desmoronando. Esas dos personas, a quienes yo más amaba en este mundo, me estaban confesando algo que jamás hubiera podido imaginar.

No sabía qué decir. Las lágrimas llenaban mis ojos. Recordé todas las veces que defendí a Lyle y Erik de esos rumores. Todos me decían que ellos eran los culpables, pero yo nunca lo creí. Y ahora… ahora todo era real. No podía moverme ni hablar, pero tenía que ser fuerte. Lo entendía. Ellos habían pasado por un infierno del cual nunca pudieron escapar.

Rebeca —Lyle dijo con voz quebrada—, sabemos que esto es mucho para ti… pero solo queríamos protegernos. No encontramos otra forma.

Tomé aire, mis manos temblaban, pero los miré con el corazón abierto. Sabía que había sido terrible lo que hicieron, pero entendía por qué lo hicieron.

Es mucho… necesito procesarlo —les dije, limpiando las lágrimas que caían por mi rostro—, pero esto no cambia nada. Estoy aquí para ustedes, los amo. Siempre estaré para ustedes, pase lo que pase.

Me levanté y caminé hacia Erik, quien no dejaba de llorar. Lo abracé con fuerza, sintiendo cómo su cuerpo temblaba. Le besé la mejilla y le susurré:

Todo estará bien, Erik. Te amo. Eres mi hermano.

Luego, me acerqué a Lyle. Lo miré a los ojos, llenos de dolor, y lo abracé con fuerza.

Te amo, Lyle. Con todo mi corazón. Y haré lo que sea necesario para ayudarlos —le dije, sintiendo cómo su cuerpo se relajaba un poco.

Después de ese momento, todo cambió.

¿Qué vamos a hacer ahora? —pregunté, rompiendo el silencio.

Erik había confesado el crimen a su psicólogo, lo cual complicaba las cosas. Si el psicólogo hablaba, todo estaría perdido.

Tenemos que asegurarnos de que no diga nada —dijo Lyle, con la mirada oscura.

¿Deshacernos de él? —pregunté, casi sin aliento, horrorizada por lo que estaba sugiriendo.

No —contestó Erik rápidamente—, él nos dijo que no nos delataría si invertimos en su compañía.

No me convencía nada ese plan, pero ellos parecían decididos a seguir adelante. Al final, tuve que aceptar, aunque no estaba completamente de acuerdo. Era tarde y la tensión en el aire era palpable.

Creo que deberíamos descansar —sugerí, esperando que todos pudieran calmarse un poco.

Subimos cada uno a su habitación, pero yo no podía dormir. Mi cabeza estaba llena de pensamientos, de imágenes de lo que me habían contado. Después de unas dos horas, decidí ir a la habitación de Lyle. Toqué la puerta.

¿Lyle? —dije en voz baja—. ¿Puedo pasar?

Claro —contestó él desde dentro.

Entré y lo vi acostado en la cama, mirando al techo. Me senté a su lado.

No puedo dormir… necesito despejarme —le dije.

¿Quieres dar una vuelta? —me ofreció—. Podríamos ir en la Jeep.

Está bien, vamos.

Condujimos por Beverly Hills hasta llegar a un estacionamiento solitario con una vista perfecta del cielo estrellado. Nos quedamos ahí, en silencio, platicando sobre cualquier cosa para distraernos del caos que habíamos vivido. El aire fresco de la noche ayudaba a calmar un poco nuestros pensamientos, aunque sabíamos que lo más difícil aún estaba por venir.

Desprevenidamente, Lyle se acercó a mi y me besó. Su beso se volvió más intenso, más profundo, sentí como aumentaba el calor en nuestros cuerpos, sabía lo que estaba apunto de pasar, y es algo que los dos queremos que pasara hace mucho tiempo, siento como Lyle empieza a recorrer sus manos sobre mi cuerpo, pasando por mis pechos y bajando hasta mis piernas, era algo tarde así que no me preocupaba que alguien nos escuchara, estaba dispuesta a que esto pasara.

Lyle... pasemos al asiento de atrás — Le dije mientras me besaba, a lo cual el asintió, nos bajamos y nos pasamos a los asientos de atrás, en los cuales Lyle se sentó y yo me coloqué arriba de él, haciendo que vuelva atacar mis labios...

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Nota del Autor:
Esperen la continuación de este capítulo...

˖ 𓏲࣪ bajo el sol de beverly hills 𔘓 x lyle menendez ᵎ ˖࣪ ♥︎ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora