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Satoru miró al hombre frente a el con rabia contenida, por más que quiera lanzarse sobre el y golpearlo no puede.

Una parte suya no puede creer que le haya demandado, pero el también le había hecho una demanda. Por agresión e intento de secuestro, además de que había pedido una orden de restricción, no lo quería cerca de su hijo, ni cerca de su Omega.

-¡Es mi nieto tengo el derecho de verlo y llevarlo a mi casa si quiero! -El hombre rugió parándose y golpeando las manos en la mesa.

Estaban allí con sus abogados, por su parte, el hombre tenía a un subordinado el cual quería casi como un hijo.

-¡Sus malditos derechos se perdieron cuando la perra de su hija abandonó a mi hijo, casi muere de una depresión siendo tan pequeño!, ¡¿Usted sabe lo que significa eso?! -Satoru no se quedó atrás, y se puso frente a frente contra el sujeto.

-Pues yo no veo que el esté tan mal como para que tengas a otro omega ahora, quien sabe lo que le hará al no ser su cachorro! -Exclamó el mayor y el albino rugió, un fuerte sonido salió de su garganta haciendo saber que en cualquier momento le iba a querer bajar la garganta con sus garras.

-Megumi necesitaba de un Omega para avanzar más, y si no fuera por Yuuji el ni siquiera sabría hablar ahora, debería de agradecer ese hecho más bien -Satoru mostró sus colmillos crecidos, estaba furioso, era todo un padre protegiendo lo suyo en ese instante.

Los demás en la sala sabían no que era una buena idea meterse entre una pelea de alfas, pero si no hacían algo podría haber derramamiento de sangre.

-¡Señor Gojo por favor guardé la calma! -Wade, el abogado de Satoru, intervino entre ellos, era mejor no dejarlos insultarse más: Tenemos todas las pruebas de lo sucedido en el año y el avance del pequeño Megumi, así las cosas están a nuestro favor.

-No quiero que él se acerque a mi hijo, ni a Mí Omega -El alfa gruñó sentándose de nuevo en la silla, tomó el vaso de agua que estaba a su lado y dió un trago grande, estar frustrado no era algo que a él le gustaba, prefería estar en ese momento metido en el cuello del pelirosa aspirando su delicioso aroma.

-¡Es mi nieto, y quiero verlo, lo que haga hecho la cobarde de mi hija no tiene nada que ver en ésto! -El mayor dijo sentándose en la silla también, de repente su expresión de furia cambió a una de tristeza: Yo la convencí de que lo tuviera, como estaba en cinta tenía que estar contigo para que llevara su embarazo, no imaginé que ella se fuera a escapar de esa forma.

Satoru miró al hombre con una ceja alzada, aún no le tenía ni la más mínima confianza, si su hija había hecho tal atrocidad, no imaginaba lo que pudiera hacer él.

-Ella es mi única hija, y tener un nieto de su parte me había hecho muchas ilusiones, por favor, no me quites ese derecho, solo lo he visto una vez -El abogado del alfa pelinegro solo se mantenía en silencio, dejando que el mayor hablara.

Gojo miró a Wade no muy convencido, éste también le miraba con una expresión algo más blanda, pero era de esperarse, en parte.

-¿Por qué demonios no apareció más antes? - El albino preguntó cruzando sus brazos en el pecho, el mayor solo suspiró y llevó su mano al puente de su frente para masajear.

-Me enteré que ella se había ido meses después de lo sucedido, y no sabía como usted iba a reaccionar si solo me apareciera en la puerta de su casa -. El mayor contestó y Satoru asintió levemente ante lo dicho.

-Le hubiera dado una paliza -. Una pequeña risita se escapó del mayor, sabiendo que eso era exactamente lo que pasaría.

-Si, yo también haría lo mismo en tu lugar -Sonrió levemente, pero después su rostro se volvió a poner melancólico: No fuí un buen padre, me la pasé más en el trabajo que en mi casa, nunca pasé tiempo con ellas, y cuando mi esposa murió ya era muy tarde para acercarme a mi hija, ya ella no quería nada que ver conmigo, creo que me merezco todo lo que ocurrió.

M o t h e r ┆ɢᴏʏᴜᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora