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↳ Protect it ↲

Un mes después de aquella cita, y Yuuji se sentía en las nubes. Había tenido unas cuantas citas más con el alfa, aveces se llegaba quedar en su casa incluso, dormía en la misma cama que él y se despertaba a su lado.

Si pudiera flotar de la felicidad ya estaría en la luna, ya todos en la guardería sabían que el estaba saliendo con el papá de Megumi y la verdad se alegraban por el, y por el pequeño haciendo el labor de su madre, entendía que para el era esencial.

Mas bien, estaba un poco orgullosos de el, pues se había encariñado mucho con el pequeño y lo amaba como propio, no muchos omegas podían hacer eso, la mayoría querían pequeños propios, no de otro Omega.

Pero quizás se debió a que Megumi estaba lavado, es decir, no tenía ningún aroma de Omega y estaba necesitado, el también lo estaba, lo más que quería era tener cachorros y un alfa, ser amado y amar.

No sabe si fue un ángel quien escucho sus deseos y envió a dos personas para que fuese cumplido. Un alfa necesitando ayuda y amor, y un pequeño necesitando atención y cuidados.

Yuuji estaba más que dispuesto a dárselos, tenía mucho amor para los tres. Su Satoru era un alfa atento, quizás aprendió eso por tener que hacerse cargo de un pequeño el solo, pues los cachorros necesitaban de mucha atención.

Le gustaba mucho eso, no, le encantaba, ver su celular y encontrar pequeños mensajes de Satoru, le respondía cuando podía, pues tampoco descuidaba a los cachorros, antes muerto que eso.

El pelirosa quería dar otro paso, mudarse con él, así podría estar a tiempo completo con el pequeño Megumi, pero no sabía si era muy pronto para hacer algo como eso, podría ser un intruso en el territorio del alfa, sin embargo, ya había estado varias veces en su casa, y en su cama, éste no mostró ningún signo de molestía.

Ansioso, nervioso e inseguro, esos eran sus defectos, tenía que lidiar constantemente con ellos, pero hacia lo mejor que podía para enfrentarlos, aún cuando las cosas parecían en su contra.

Siempre estaba allí con una sonrisa tratando de ver el lado positivo de las cosas. Nunca se arrepentiría de trabajar en esa guardería y estar a cargo del cachorro,
menos de querer ser su madre.

Un día en particular, estaba en su trabajo en la guardería, Megumi jugaba en el suelo con algunos peluches, eran las cuatro y media, los padres iban llegando poco a poco por los pequeños.

Todo iba bien, hasta que vió llegar a un señor mayor, su cabello era negro y puntiagudo, parecido al de Megumi, tenía los ojos onix. No le dió buena espina.

-Buenas tardes señor, ¿Puedo ayudarle en algo, se perdió? - Preguntó cortésmente, tratando de impedir que entrara en el salón a su cuidado, no sabía quién era, no podía dejarlo entrar con los cachorros.

-Vengo por mi nieto -. Dijo con simpleza y trató de entrar al salón, pero Yuuji se atravesó.

-¿Su nieto?, Disculpe señor, pero nadie dijo que vendría, ni siquiera sé quién es usted, no puede entrar, si me da más detalles puedo ayudarle -Lo único que quería era que se fuera, podía sentir la tensión en el aire, incluso algunos de los otros padres le miraban curiosos por la situación.

-Megumi, ese es el nombre de mi nieto, vengo por el-El corazón de Yuuji dió un vuelco, y sus nervios se encendieron como pólvora.

-No puede llevárselo señor, Satoru-san no dijo que usted vendría, él es su padre y no puedo dejarlo salir sin su autorización -Yuuji solo quería que el se fuera, Gojo le había mencionado que no se llevaba bien con la familia de la madre de Megumi, nunca lo hizo y eso que solo los había visto un par de veces.

M o t h e r ┆ɢᴏʏᴜᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora