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↳ a date ↲

-¿De verdad ves tanto a mí pequeño como a un hijo que tu cuerpo respondió a ello? -Yuuji tragó saliva por cuarta vez, sentía su garganta muy seca.

Asintió despacio ante la pregunta del alfa, estaban ahora sentados en el comedor de la casa de Satoru, mientras Megumi jugaba en el suelo con unos juguetes.

Mientras que ellos estaban hablando de lo que les habían dicho en el hospital. Ahora Yuuji era la madre, no biológica, pero seguía siendo la madre de Megumi, una parte de Itadori estaba contento con eso, pero su parte racional le gritaba.

¡No había tenido ni una cita con Satoru, y ya había llegado reclamando su lugar en su pequeña familia!

Si su vida fuera una película como se llamaría, ¿Madre por accidente?, sonaba justo como le acababa de suceder.

-¿Qué harías si te dijera que me mudaré a otro país y me llevaré a Megumi conmigo? -El aire en sus pulmones se detuvo por completo.

Miró al alfa con algo de miedo, estaba serio y con los brazos cruzados sobre su pecho. No podía, Gojo no podía hacerle eso, era su pequeño y no podía quitárselo.

-¡T-Te lo prohíbo, no puedes llevarte a Megumi lejos de mí! -No supo en qué momento se había levantado de su puesto, golpeando la mesa con sus manos y mostraba sus pequeños colmillos a la defensiva.

-Tanto lo quieres ¿Eh?, ¿Dónde estuviste antes?, Si te hubiera encontrado quizás mi pinchitos no hubiera sufrido tanto -Yuuji se sintió avergonzado, muy avergonzado, y una parte suya molesta, Satoru le había hecho una prueba.

-Yo lo quiero, no pienses en alejarlo de mí -Había formado un lazo con Megumi, si los separaban ambos iban a sufrir bastante. Gojo solo le sonrió, una sonrisa tranquila y leve.

-No lo haré Itadori, y tú ya no podrás escapar de mí tampoco, no te dejaré ir -Yuuji se sonrojó ante esa declaración, supo leer entre líneas.

Una mano pequeña jaló su ropa y miró hacia abajo, Megumi quería subirse a su regazo.

El Omega alzó con cuidado al pequeño, lo sentó en sus piernas y el giró rápidamente a sus pechos tocando allí, ya era su hora de comer, y desde que empezó a lactar no había tocado sus biberones.

Se alzó la camisa acomodando al pequeño para que pudiera comer comida y tranquilo, Megumi dió un ronroneo complacido mientras succionaba su pezón con ganas.

Yuuji sintió como el aroma del alfa se volvía pesado, cargado con un poco de excitación, su boca se hizo agua al oler algo de esa manera.

Alzó el rostro para ver al más alto, sus ojos safiro eran intensos sobre él, y no se despegaba de sus pechos.

Tragó saliva sintiendo su rostro arder, más rojo que un tomate maduro. Sabía, en sus estudios sobre los cachorros aprendía de todo ese tipo de cosas, no era un secreto que a los alfas les encantaba la leche materna que daban los omegas.

No sólo su sabor, si no que también era bueno para ellos al ser tan nutritiva, y sus pechos habían crecido un poco más desde la vez en la que Megumi tomó leche por primera vez, y no dejaban de producirla.

Quizás podría hacer algo de lo cual se iba arrepentir mucho después, o si no solo moriría de vergüenza.

Alzó bien su camisa mostrando su otro pecho lleno, Satoru abrió los ojos ante eso, era una invitación para que él también pudiera probar.

El rostro rojo del pelirosa se lo podría confirmar, y no quería desaprovechar esa oportunidad, el aroma lo estaba volviendo loco.

Se levantó de la silla despacio, de todas formas no se quería tirar al Omega como un desesperado. Allí era muy incómodo así que tomó al pelirosa en sus brazos, sacando un chillido de éste.

M o t h e r ┆ɢᴏʏᴜᴜ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora