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7 meses han pasado y Lan QiRen está muerto en vida, ya nada le importa, su mente está desconectada.

Por su parte, Lan XiChen esta siendo acorralado por los ancianos y sus exigencias. El líder se siente agotado y en varias ocasiones pensó en renunciar, en entregar su puesto.

Lan XiChen, va entrando a su residencia cuando patea una cosa que estaba tirado en el suelo. Era un libro al cual no le dió importancia, lo recogió y dejó encima de un mueble. El jade tomó un baño y luego se fue a acostar. Tenía sus ojos cerrados cuando sintió un fuerte ruido fuera de su habitación. A pesar de estar agotado y con deseos de dormir, había algo en el ambiente que no lo dejaba descansar, por lo tanto se levantó y fue a ver que era lo que se había ocasionado el ruido. Se encontró con aquel libro tirado en el suelo que estaba abierta en una página al azar y le dió una ojeada, al parecer la página no era tan al azar y quiso creer que era una coincidencia.

Habían pasado varios dias, leyó el libro y todas las oportunidades que ofrecía, analizó  las posibilidades y después de convencerse de que no tenía nada que perder fue con su tío.

Lan QiRen ya no es el mismo, junto con la perdida de su sobrino perdió la cordura. No tiene fuerzas para nada y morir sería lo ideal, Pero vivir con ese dolor profundo con el que carga, es un buen castigo, por lo tanto tiene que vivir.

Desde la entrada XiChen observa a su tío que solo viste con una túnica interior. Esta demasiado delgado y demacrado. Al jade le duele ver a su único familiar vivo en ese estado y sabe que en cualquier momento lo puede dejar. No desea perderlo a él también.

Tío, tengo algo importante que mostrarte - Lan XiChen se acerca y pone el libro  sobre la mesa en la unidad que los va a ayudar a solucionar sus problemas.

No estoy de ánimos... - la voz de QiRen suena débil y ronca.

¡Tío! - XiChen guarda silencio, observa al mayor con pesar - existe una forma de recuperar a Lan Zhan.

Los muertos jamás regresan - una silenciosa lágrima cae por el rostro de QiRen - mi pequeño niño, ¡él, se fue! - la pobre alma mira sus esqueléticas manos.

Lan Zhan no va a regresar, pero aquí dice que podemos volver a verlo - XiChen arrastra el libro hasta colocarlo cerca de su tío.

QiRen mira de reojo y el título de la página llama sus atención.

El anciano mira a su sobrino con incredulidad - tío, no tenemos nada que perder. Ya leí y lo estuve pensando por varios días. Quiero estar con mi hermano, está secta ya no me importa, los ancianos se pueden quedar con ella y hacer lo que quieran.

Noches después, en el salón de los ancestros, un pentagrama estaba dibujado en el suelo y en cada uno de los 12 puntos, había un anciano atado con una soga de restricción, eran los que más insistían en castigar al segundo jade y entre ellos el responsable de su muerte.

Los ancianos gritaban sus amenazas para detener a tío y sobrino de lo que sea que estén haciendo, pero estos no mostraban indicios de obedecer. Uno a uno los miserables fueron degollados y la sangre derramada siguió el hilo del dibujo del pentagrama, se necesita la sangre de varios cultivadores para que el portal se abriera. En el centro, QiRen y XiChen cortan sus muñecas, no para morir, sino para indicar que ellos son los que viajan.

El hechizo está hecho, los ancianos murieron, el portal se abrió y, tío y sobrino desaparecieron.

Un pequeño XiChen de seis años corre, no le importa romper las reglas. La anciedad en aquel pequeño cuerpo se vuelve sofocante y en su paso, se encuentra con Lan QiRen. Se quedan en silencio mirándose por un momento, luego emprenden carrera hasta la biblioteca, saben dónde está la persona que tanto desean volver a ver porque reconocieron la época en que llegaron.

Alma y corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora