VII

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Lan Zhan estaba feliz; podía ver a su mamá todos los días si así lo quería. Para el pequeño, no existía nadie más hermosa que su mami, y sus ojitos de enamorado delataban toda su dicha.

Lan Zhan corre por la residencia mientras su madre lo persigue; la silueta de ambos se pierde entre las cortinas. La risa de Wen Xing se escucha entre las paredes de la residencia sin represión.

Pequeño Zhan, ZhanZhan, si te alcanzo te comeré a besos, ZhanZhan - se ríe la mujer quien disfruta del momento.

Lan Zhan, al escuchar la amenaza, se detiene y regresa sobre sus pasos hasta chocar con las piernas de su madre.

¡Mami me atrapó! - el niño le da una brillante mirada.

ZhanZhan, eso es hacer trampa - Wen Xing toma a su hijo por debajo de las axilas y lo alza por sobre su cabeza, da un par de giros sobre su eje y luego abraza al niño para llenarlo de besos. Lan Zhan se siente complacido con las demostraciones de cariño que está recibiendo y quiere más.

Este encuentro no es como el de siempre, en donde el pequeño restringe su comportamiento para obtener la aprobación de su madre. Está muy feliz como para hacerlo, y si su madre quiere jugar, él también va a jugar.

Lan XiChen observa a su hermano y puede decir con tranquilidad que se siente aliviado al verlo ser feliz. De este modo debió haber sido desde un principio. Lan Zhan nunca debió ser castigado por los errores de sus padres.

El primer jade aún está sorprendido al saber que tiene herencia Wen en su sangre y, con más razón, se arrepiente de no haber ayudado a los que Wei WuXian protegía. En realidad, aunque no tuvieran parentescos,  debió haber intervenido. Siente que, como ser humano ha fracasado.

Lan XiChen sonríe con nostalgia; le gustaría ser como su hermano, pero no sabe cómo comportarse al igual que alguien de seis años, está demasiado viejo.

Su hermano hace trampa, se deja atrapar para obtener su recompensa y su madre lo disfruta, le resulta divertida esa actitud. En el pasado, Lan Zhan jamás se habría comportado de ese modo. Es la primera vez que lo ve jugar, correr, se ve feliz con este reencuentro después de dos meses de no haberla visto. Eso a Lan Xichen le trae paz.

A medida que la tarde se desvanece, Lan Zhan, exhausto de tanto jugar, se rinde al sueño. Su madre lo acuesta con ternura, arropándolo con suaves mantas para retener el calor. Con un beso en la frente, implora a los dioses por una vida entera junto a su amado hijo. Wen Xing anhela esconder a su pequeño en la burbuja de su vientre, deseando regresarlo a ese refugio seguro, libre de la culpa y los pecados del mundo.

Lan XiChen está sentado leyendo un libro que conoce de memoria, Wen Xing se sienta frente a él y el niño la mira en silencio, esperando a lo que tiene que decir.

Aunque compartimos una sóla vez al mes, conozco A mi hijo - sonríe la mujer sin perder su calor y dulce mirada - ¿Quién eres y en dónde está mi pequeño A'huan?

Lan XiChen mira impasible a su madre, lo ha descubierto y mentir no es una opción, no por las reglas, sino porque, se lo debe.

Lan Huan de nacimiento, XinChen de cortesía,  ZewuJun es mi título. He venido del futuro, a más de 15 años a partir de hoy - el niño se había puesto de pies haciendo una reverencia - soy hijo del líder de la secta Gusu Lan, QinghenJun y madame Lan, de nombre Wen Xing, conocida como Lan Xing.

Veo. Me gustaría saber cuál es la causa de tu dolor - la mujer toma las manos de su hijo para transmitirle la fuerza necesaria para que el niño hable.

Yo, abandone y traicione a mí hermano - XiChen guarda silencio, esperando los reproches de su madre.

Quiero saber...

XiChen le cuenta, sin entrar en tantos detalles, Pero lo suficiente para que comprenda la historia de él y su hermano menor. Y nuevamente guarda silencio.

¿Crees qué es justo que A’huan pierda su vida por tu egoísmo? No lo creo, Lan XiChen, líder de Gusu Lan. ¿Realmente vale la pena haberle robado la oportunidad de vivir a mí hijo, al que yo conozco, sólo para compensar la vida que tú perdiste?

Se que estoy siendo egoísta, también se que no tengo derecho de llamar a WanJi, hermano.  No después de lo que hice. El destino de su hijo es ser una marioneta a manos de otros porque sus padres hicieron mal su papel, un fracaso y, si para existir yo en este tiempo él debe desaparecer, me parece justo - XinChen no titubea ante sus propias palabras, a pesar de tener miedo.

Yo no vine para recuperar a un ser querido que perdí, a ninguno. Vine para proteger a mí hermano, regrese para ser su escudo. En esta oportunidad, lo voy a proteger - el niño suena convencido.

Lan XiChen, no te culpo por los errores que cometiste en tu vida, ni por actuar en contra de tu hermano. Estabas ciego, ni siquiera por tu hermano jurado. Estabas ciego por culpa de la doctrina en la que fuiste criado y una supuesta etiqueta que  se usaba a conveniencia. Pero, de lo que nunca te voy a perdonar, es el haberme quitado a mi hijo mayor - sentencia Wen Xing.

Yo, en su momento pensé que no tenía nada que perder después de haber perdido a mi familia, mi tío estaba loco... La secta estaba en manos de los ancianos. Lo había perdido todo. No pensé en las consecuencias.

Si bien Lan XiChen le contó lo ocurrido con su hermano, omitió el hecho de que estaba embarazado cuando murió. Pensó que si lo decía su madre lo iba a odiar con mayor razón.

Wen Xing, en silencio, se alejó sin darle ninguna palabra de consuelo a su hijo mayor. Está molesta y no sabe cuánto va a durar. Por ahora, no quiere estar cerca de él.

Lan XiChen siente un vacío frío al ver la espalda de su madre mientras se aleja. Piensa que se lo merece por haber sido un mal hermano. ¿Le duele el rechazo de su madre?, sí, le duele, Pero cuando él decidió viajar en el tiempo lo hizo pensando en Lan WangJi, no tomo en cuenta que podía salvar la vida de sus padres, no venía con esa mentalidad. No tenía expectativas con ellos, por lo tanto, el desprecio de su madre no es tan doloroso, al menos quiere creer.

Cuando Lan Zhan despierta, se encuentra con la mirada de Wen Xing y eso le roba una pequeña sonrisa y extiende su manito para tocar el rostro que se le acerca.

Bonita.

¿Tu mami es bonita? - Wen Xing acaricia la nariz de su hijo con la propia mientras este le sostiene con sus manitas las mejillas.

Mnh…

¿Tienes hambre, bebé?

¿Queda, mami?

Ahora sí - sonríe la mujer acomodándose junto a su hijo quien busca el calor del pecho de su madre. Él le da una mirada de ensueño mientras mama y masajea como lo haría un gatito bebé cuando toma leche. Wen Xing no tiene nombre para describir el sentimiento del momento al ver a su pequeño hijo en un acto tan natural, un derecho que le restringieron desde pequeño. Pero sea lo que sea, es feliz y en sus recuerdos lo va a atesorar.

Alma y corazón.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora