SOUR (HONGHWA)

𝐆𝕠𝕆𝐷 4 𝚄

Brillo labial, sombra morada oscura y lila, cabello peinado hacia atrás, traje impecable, pegatinas de perlas en los párpados simulando un delineado, rubor rosa, brillo en las mejillas, uñas pintadas y un galón de gasolina en la mano.

Las estrellas brillaban en lo alto de ese mes, el frío le calaba los huesos pero el solo pensar que eso no durará mucho lo hizo sonreír, en el gimnasio se estaba llevando a cabo el baile, la gente gritaba, bailaba, reía y tomaba el ponche con alcohol que metieron de forma ilegal a escondidas de los maestros.

Los alumnos de último semestre festejaban su salida para antes de ir a la universidad, el gimnasio lo adornaron como el espacio, con sus planetas, estrellas y galaxias en las luces, pusieron música alta y SeongHwa se perdió entre la multitud cuando llegó con YeoSang, atrapando las miradas de todos y consiguiendo murmuros que por poco lo hicieron trastabillar, pero nada de eso importaba ahora. Por primera vez en su vida intento ignorar los comentarios ajenos, la atención excesiva y las malas miradas.

Cuando fue la hora, a minutos de que anunciarán a los reyes del baile, salió directo al estacionamiento.

Se puso los audífonos con su canción favorita, sacó el galón de la cajuela y vio el auto que le compró a HongJoong hace un año o quizá menos, tan brillante, rojo como una cereza, con el sticker a la mitad que le regaló junto con la llave, quizá intento arrancarlo sin poder conseguirlo.

Respiró con fuerza, exhalando el ambiente frío de aquella noche, sus ojos se dilataron y sus manos se aferraron con fuerza al galón. ¿Era mala idea? No lo sabe, pero estaba molesto, estaba harto, ¿Cuánto había pasado?

HongJoong lo hizo sentir menos.

HongJoong lo hizo sentir como una mierda.

HongJoong lo insultó.

HongJoong nunca le habló con apodos lindos estando con los demás.

HongJoong se comportaba indiferente estando en público.

HongJoong le miraba con asco cuando estaban rodeados de gente.

¿Por qué? ¿Le daba vergüenza? ¿Era todo parte de un plan? Fue tan estúpido por defenderlo, tomando en cuenta solo aquellos momentos nulos que tenían a solas donde HongJoong aparentaba ser único y real, donde le daba de su helado de fresa, imitaban las escenas de las películas, bailaban en medio de la habitación, miraban Grease, tocaban juntos el piano, cantaban en el karaoke, jugaban al just dance. Si, habían sido grandes momentos pero no se detuvo a pensar en todos aquellos momentos en los que HongJoong le hizo la vida añicos, que lo hizo odiar cada rincón de su ciudad de nacimiento, que lo hizo odiar cada milímetro de su piel, que lo hizo arrepentirse de su actitud y compararse con ella.

Ella no tenía la culpa, era consciente de eso, pero no pudo evitar tenerle rencor, como si ella hubiera ocasionado todo eso desde un inicio.

Ella era bonita, rubia, inteligente y popular, era la chica perfecta, HongJoong la iba a aceptar a la primera por encima de alguien como él, fue estúpido creer que no.

Pero estaba bien, seguía llorando en su baño, seguía señalando al espejo cuando cantaba, seguía escribiendo en su diario sobre él, seguía recordando con dolor cada momento que pasaron juntos y a veces anhelaba sentir su tacto. Pero estaba bien.

Que bien por él, pensaba, que bien por HongJoong que su psicóloga lo estaba ayudando, que bien por él que ya nada le afectaba como para saludarlo con la mano como si lo suyo no hubiera existido nunca, que bien por él que ahora estaba contento con esa chica, que bien por él que estaba mejor que antes, a diferencia de SeongHwa que sentía que se rompía cada día.